El secuestro por parte de un comando del IRA de un soldado británico, deriva en la relación amistosa que surge entre secuestrador y prisionero. Al ver mermadas sus fuerzas y consciente del poco tiempo que le queda de vida, el soldado pide un ultimo favor al secuestrador, que visite a su pareja y le haga saber lo sucedido.
En ese momento da comienzo un nuevo hilo argumental, en el que el secuestrador se ve envuelto en un mar de sentimientos encontrados, entre los que se encuentran el sentimiento de culpa y el amor.
Entra así en una relación singular, en la que descubrirá que lo que siente va por encima del sexo y la apariencia.
En su día acaparó numerosos premios y menciones, rompiendo moldes con un guión original que era novedoso para la época, que resulta un poco inverosímil y forzado en algunos puntos, ya que reúne diferentes situaciones aparentemente poco relacionadas entre si.
El paso del tiempo ha hecho mella en el aspecto visual de la película, pero la trama argumental sobre el conocimiento de uno mismo, la aceptación y liberación de barreras mentales, está a la orden del día.