Era reticente a ponerme a ver esta historia de curas o monjes recluidos en un convento, pero bueno le concedí el beneficio de la duda, y me anime a verla. Inicialmente con sus vestimentas, cánticos, sus coronillas destapadas y esas formas de saludarse entre ellos con besos, me estaban preocupando. Pero se sentía algo en la atmósfera, y de pronto comenzaron a aparecer cadáveres sin explicación.
Entonces aparecía la figura de Sean Connery con su ayudante Christian Slater a modo de Sherlock y Watson, para resolver los sucesos que se estaba dando en la abadía.
Adentrándose en los entresijos del convento en el día a día, buscando información en los libros, por pasadizos eternos, tratando de hallar la verdad y la solución, con la razón. Mientras que el movimiento de la inquisición hace aparición queriendo silenciar la verdad, con sus normas.
En las estanterías de la abadía, se encuentran muchos de los conocimientos y datos recogidos de la historia del hombre, que no quieren ser mostrados al mundo. Del mismo modo que el pueblo pasa hambre y vive en la miseria, mientras paga a los curas, cuando estos poseen cantidades abundantes de tesoros entre sus reliquias.
La investigación engancha, la atmósfera de misterio y de búsqueda de la información te va envolviendo. Haciendo que olvides que estas en un convento y que lo interesante pase a ser la trama. Ayudado todo ello por un gran reparto y unos personajes secundarios bien caracterizados y que dan vida al conjunto. Donde es imposible no remarcar la gran aportación de Sean Connery.
Recalcar la critica que hace al abuso de poder que hizo la iglesia y en concreto la inquisición durante años y que no me cabe duda que hoy en nuestros días sigue haciendo de una u otra manera.
Hay tanto conocimiento recogido entre los rincones secretos de la abadía que deben ser mostrados al pueblo…
Dominaban al pueblo, porque controlaban los conocimientos. No siguieron las palabras: la verdad os hará libres.