Lamentable producción de claro corte televisivo que parte de una premisa medianamente interesante, con una protagonista que después de la repentina e impactante muerte de un compañero de trabajo, descubre que su empresa pudo incurrir en un grave fraude financiero. Esta información le pone en peligro ya que involucra al multimillonario dueño de la compañía.
La película ofrece lo que se espera de ella, pero tiene numerosos puntos insostenibles en lo que a lógica y sentido se refiere.
No esperéis ver grandes interpretaciones, ni una gran calidad visual. Parece que los responsables de la película optaron por algo sencillo y barato, haciendo que gran parte del desarrollo de la película se desarrolle en el ascensor de la oficina en la que trabaja la protagonista. Es una vez alcanzado ese punto, el ascensor, cuando la película hace honor al título de la misma y va en Caída libre, haciendo que te cuestiones todo lo que estás viendo y escuchando.
Tiene momentos de tensión y emoción construidos y elaborados de una forma forzada, haciendo que se haga pesada y sin sentido.
La dieron en antena 3 de madrugada y creo que es el mejor espacio que puede ocupar. Con suerte nadie la ve.
La participación del veterano, Malcolm McDowell, es muy limitada y en realidad no deja espacio para grandes cosas.
Cuando llegas a ver la película por completo, es cuando te das cuenta de lo mala y sin sentido que era en todo momento.
No llego a comprender como han conseguido que salga a la luz semejante producto. Dura poco y a mi personalmente se me ha hecho eterna.