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Voto de Betawatcher:
4
1992
7.4
105,212
Animación. Fantástico. Musical. Infantil. Aventuras
Basada en el famoso cuento "Aladino y la lámpara maravillosa", la trama se sitúa en el exótico paisaje del mítico reino árabe de Agrabah. Aladdin es un ingenioso joven que, a pesar de vivir en un estado de extrema pobreza, sueña con casarse con la bella hija del sultán, la princesa Yasmin. El destino interviene cuando el astuto visir del Sultán, Yafar, recluta a Aladdin para que le ayude a recuperar una lámpara mágica de las ... [+]
16 de agosto de 2021
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aladdin, un chico que vive cerca del desierto, se dedica a “robar” en el bazar de la ciudad de Ágrava. Por si esto no fuera poco, el sueño del muchacho es vivir a todo tren en el palacio del sultán, y acompañado de su inseparable “mono” Apu, da pasitos hacia su sueño mientras chulea a las fuerzas de la ley y sabla a los verduleros de la plaza, que como no son tan guapos como él, tienen que fastidiarse y aguantar con lo que les ha tocado. Aviso: no es el antagonista, es el prota de una película Disney, (nota: sí, yo también me llevé un chasco)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Hasta aquí la parte infantil.
Ahora la trama se complica un poquitito.
Jazmine, la princesa (tiene que ser guapa a rabiar, sino no es princesa) se pasa la vida encerrada en el palacio por orden de su padre que está deseando casarla. En la primera aparición de la princesa, la vemos estudi..., upsss, no, mirando un estanque con pececitos de colores, mientras su padre la sermonea por negarse a casarse...ehh, sí, creo que este es el punto en que los menores de 7 no van a entender nada, por mucho que se lo expliquemos...yo aún estoy por plantearme si entiendo algo entre tanta estupidez.
Jazmine escapa del palacio para liberarse un poco de la custodia de su padre e imaginen a quién se encuentra. Pues a Aladdin, el ladrón del bazar...¿quién sino?
Mientras Aladdin y Jazzmine rob...ejem, quiero decir se enamoran y tal y tal, son apresados por la guardia del sultán, Jazzmine se revela como la princesa y Aladdin es encerrado en un calabozo. Cuestión de contactos.
No sé si a estas alturas los niños se han enterado de algo o se han tragado el lavatorio cerebral cual pastilla de fosfatina, pero los que van teniendo uso de razón (poco ejercitada, por cierto a esa edad temprana) van a comprender que “robar” es algo bueno y que es normal que los padres les digan a una hija que tiene que casarse...en fin...
Ahora aparece “el malo” (sí, como lo leen, ainsss, después de todo lo que he contado, aún hay “un malo arquetípico”) que después de “cargarse” a un ladrón (se lo carga de verdad), engaña a Aladdin y le ayuda a salir de prisión, su idea es llevárselo al desierto para que encuentre la lámpara maravillosa de los deseos.
Una lámpara que concede lo que le pidas.
Lo que le pidas.
Sin consecuencias.
En fin...
¿Y qué se le ocurre pedir a nuestro protagonista, Aladdin?
Pues ni más ni menos que ser un príncipe para que la princesa “caiga” a sus pies.
Ejem...
A ver, ¿porqué Aladdin piensa que siendo un príncipe la princesa va a aceptarlo si ella ya ha rechazado a otros príncipes? ¿porqué Aladdin no usa la cabeza? ¿Porqué roba a los trabajadores, pega a la guardia real y miente a su supuestamente querida Jazzmine?
Esto tiene fácil respuesta. Con Aladdin nos han colado a un protagonista Disney sucio, prepotente, egocéntrico, vago y detestable que en vez de usar la cabeza y el corazón, usa el sarcasmo y la impulsividad. Lo vemos tan feliz, contento con lo que le da el genio y sólo se preocupa por su amigo azul cuando ve que todo su plan de vivir en un palacio se ha ido al garete. Este falso Aladdin que no tiene nada de amable, deseable o prudente, ni de personaje Disney ni de los valores que debe tener un protagonista es el adefesio que se les vende a las niñas como “ideal”. No es extraño que si se les lava el cerebro de este modo, ellas vayan a por “malotes” y piensen que pueden “cambiarlos”. Asco es poco.
Ahora la trama se complica un poquitito.
Jazmine, la princesa (tiene que ser guapa a rabiar, sino no es princesa) se pasa la vida encerrada en el palacio por orden de su padre que está deseando casarla. En la primera aparición de la princesa, la vemos estudi..., upsss, no, mirando un estanque con pececitos de colores, mientras su padre la sermonea por negarse a casarse...ehh, sí, creo que este es el punto en que los menores de 7 no van a entender nada, por mucho que se lo expliquemos...yo aún estoy por plantearme si entiendo algo entre tanta estupidez.
Jazmine escapa del palacio para liberarse un poco de la custodia de su padre e imaginen a quién se encuentra. Pues a Aladdin, el ladrón del bazar...¿quién sino?
Mientras Aladdin y Jazzmine rob...ejem, quiero decir se enamoran y tal y tal, son apresados por la guardia del sultán, Jazzmine se revela como la princesa y Aladdin es encerrado en un calabozo. Cuestión de contactos.
No sé si a estas alturas los niños se han enterado de algo o se han tragado el lavatorio cerebral cual pastilla de fosfatina, pero los que van teniendo uso de razón (poco ejercitada, por cierto a esa edad temprana) van a comprender que “robar” es algo bueno y que es normal que los padres les digan a una hija que tiene que casarse...en fin...
Ahora aparece “el malo” (sí, como lo leen, ainsss, después de todo lo que he contado, aún hay “un malo arquetípico”) que después de “cargarse” a un ladrón (se lo carga de verdad), engaña a Aladdin y le ayuda a salir de prisión, su idea es llevárselo al desierto para que encuentre la lámpara maravillosa de los deseos.
Una lámpara que concede lo que le pidas.
Lo que le pidas.
Sin consecuencias.
En fin...
¿Y qué se le ocurre pedir a nuestro protagonista, Aladdin?
Pues ni más ni menos que ser un príncipe para que la princesa “caiga” a sus pies.
Ejem...
A ver, ¿porqué Aladdin piensa que siendo un príncipe la princesa va a aceptarlo si ella ya ha rechazado a otros príncipes? ¿porqué Aladdin no usa la cabeza? ¿Porqué roba a los trabajadores, pega a la guardia real y miente a su supuestamente querida Jazzmine?
Esto tiene fácil respuesta. Con Aladdin nos han colado a un protagonista Disney sucio, prepotente, egocéntrico, vago y detestable que en vez de usar la cabeza y el corazón, usa el sarcasmo y la impulsividad. Lo vemos tan feliz, contento con lo que le da el genio y sólo se preocupa por su amigo azul cuando ve que todo su plan de vivir en un palacio se ha ido al garete. Este falso Aladdin que no tiene nada de amable, deseable o prudente, ni de personaje Disney ni de los valores que debe tener un protagonista es el adefesio que se les vende a las niñas como “ideal”. No es extraño que si se les lava el cerebro de este modo, ellas vayan a por “malotes” y piensen que pueden “cambiarlos”. Asco es poco.