Krisha (2015) fue el más que prometedor debut en la dirección de Trey Edward Shults, quien a su vez basaba la película en un cortometraje anterior del mismo nombre. La a película tuvo una buen acogida en los diversos festivales independientes y cosechó numerosos premios como los Premios Gotham a mejor director revelación o siendo nominado por el Círculo de Críticos de Nueva York. Desde luego se puede decir que el cine norteamericano tiene puesta sus esperanzas en este cine independiente, a tenor de los malos resultados artísticos que nos encontramos en una cada vez más decadente industria comercial. 

¿Han visto Inland Empire de David Lynch? ¿Se acuerdan de aquella escena corta sobre una animación bizarra en la que participaban unos conejos como si fuera un sitcom? ¿Se aquella de aquella extraña sensación que tuvieron al verla? Pues por momentos, Trey Edard Shults consigue imprimir en sus fotogramas una sensación muy parecida. De estar viviendo una pesadilla en un mundo real, en la que solo el protagonista (o la protagonista en este caso), es la persona que sufre ese mal. Como cuando uno sufre un ataque de ansiedad. El mundo parece "bien" y al mismo tiempo no. Los psicólogos lo llaman "despersonalización". Para Freud era la inquietante extrañeza.

Algo en Krisha no está bien. Lo notamos desde la secuencia inicial con la que se abre la película, en la que inteligentemente el director nos lo señala con un pequeño detalle, con nuestra protagonista manchándose los zapatos en un charco. Y el espectador se queda con las mosca detrás de la oreja durante el resto del metraje. 

El día de acción de Gracias se supone (lo sabemos todos por las películas) que es un día de conciliación familiar, como nuestra Navidad. Durante mucho tiempo el argumento de la película consiste en esconder sus cartas. Intuimos que algo va mal, pero no sabemos decir qué. La atmósfera se nota tensa, porque toda la familia parece hacer su vida a extensas de Krisha, quien no encaja de ninguna manera. Hasta que poco a poco nos vamos enterando del drama que se esconde detrás de todo. Un drama que por cierto, tiene muchos tintes de horror. Aunque en realidad nos cuente una historia tan real como la vida misma, lo cierto es que somos testigos del enfoque del filme desde la perspectiva casi terrorífica tal y como la siente Krisha. 

La película está maravillosamente interpretada. En el papel principal tenemos a la propia Krisha Fairchild, familiar del director de la película, que encarna a una mujer devastada por sus traumas. Es capaz de inspirarnos muchos sentimientos (tanto positivos como negativos) y somos capaces de entender las dos partes enfrentadas en la película, aunque finalmente, por pura obviedad, nos situemos del lado de Krisha. 

Además muchas veces se habla injustamente de influencias Lynchianas solo porque en una película se introduzcan temas oníricos (como si hubiera sido Lynch el inventor del surrealismo en el cine, lo que no es cierto) pero en esta ocasión es totalmente cierto. Se nota sobre todo en la manera en como el cineasta es capaz de introducir elementos pesadillescos en situaciones cotidianas, algo que además viene acompañado por una buena puesta en escena. La mejor secuencia definitoria en este sentido es en la que se sirve el pavo, rodada con una alegre música mientras somos testigos del desastre absoluto.

Conclusión

Krisha cuenta una historia simple desde el punto de vista argumental, pero la cuenta muy bien. Teniendo en cuenta que tenemos a un director prácticamente novel, lo cierto es que vale la pena apuntar su nombre para tenerle en cuenta en futuros proyectos. Krisha es una película que va directa a esa parte amarga de nuestra alma que a veces no queremos oír. 

Crítica escrita para Cinemagavia.es