Vamos, jamás en la vida cuando me dispuse a ver ésta película, pensé que me encontraría lo que acabo de ver, ni en cien vidas se me habría pasado por la cabeza.

Perdido en Florencia es la típica película con fondo romántico de sábado almediodía, que pasaría sin pena ni gloria por mi memoria. ¿Pero qué me ha sorprendido entonces? La parte histórica que cuenta.

Mis conocidos saben que tengo marcado en rojo lo de visitar algún día la ciudad de Florencia y La Toscana, me encanta esa parte de Italia. Ya conozco parte del país, pero no esa en concreto. Hace cosa de dos años, descubrí un deporte que se practica hace mucho en Florencia, el Calcio Storico. Una especie de rugby sin reglas donde se permite "casi todo" y en la que participan cuatro barrios de la ciudad, distinguidos por los diferentes colores. Pues resulta que el protagonista de la historia, un americano venido a menos moralmente después del abandono de su amada, termina en Florencia, perteneciendo al equipo de Santo Spirito, precisamente los que visten de blanco. Aunque sólo se permite participar a italianos, se hace la vista gorda con él, porque un primo suyo vive allí y él también vive de momento.

Con la cortina de humo de una historia romántica que poco de interés tiene, he disfrutado mucho con todo lo que envuelve a este deporte, sus reglas, su historia, sus partidos, sino, ya habría quitado la película. Sólo por ello merece mi aprobación.

Es cierto que hay imágenes muy bonitas de localizaciones, pero muchísimas menos de las que se esperaban, había multitud de oportunidades para convertir los lugares en un personaje extra y se ha omitido por desgracia.

Si tenéis interés en conocer un poco ese antiguo deporte, os la recomiendo, sino, pasad de largo.