Recuerdo cuando era un chaval de apenas 7 u 8 años aficionarme a un programa que daban los lunes por la noche llamado Cine club. Básicamente era cine en blanco y negro y a raíz de ahí nació mi amor por el cine clásico. Vale que solo teníamos un canal y que antes se apreciaba más lo que ponían, hoy con tantos canales, al final uno no sabe ni lo que ver.

Pues muchas noches disfruté con el buen cine de los Hermanos Marx, pero a diferencia de la mayoría, Sopa de ganso no está entre mis favoritas. No le voy a quitar méritos, porque es una buena película, muy corta en cuanto a duración, debido a los pocos números musicales. Con momentos apoteósicos como la entrada de Groucho, los conflictos con el vendedor de palomitas, los diálogos de Groucho con la realeza o la escena delante del espejo o los viajes en el sidecar.

Pero en cuestión de diversión se me antoja corta para mi gusto, no es lo mismo pasar un rato divertido y entretenido, que aflojar las carcajadas y reconozco que fueron muy pocas durante la proyección. Seguramente que todo ha cambiado al verla ahora con ojos de adulto y perder esa magia que tenía en mi infancia.

Aún así interesante la última película para la Paramount del cuarteto de los Marx.