“Las Inocentes” está basada en hechos reales que ocurrieron durante la Segunda Guerra Mundial, cuando los miembros del Ejército Rojo llevaron a cabo una violación masiva de mujeres en su avance hacia Alemania. Entre las víctimas están las monjas polacas del convento que aparece en la película.

Aunque es una historia desagradable en su mayor parte, también tiene momentos de compasión y perdón, añadiendo un fuerte mensaje provida y un inesperado final feliz que logra ser más perfecto que si fuera inventado.

La trama se desarrolla en Polonia durante el invierno de 1945 y narra cómo una joven interna llamada Mathilde (Lou de Laage) que trabaja con la Cruz Roja Francesa recibe la visita de una joven monja que ha corrido una larga distancia para llegar a la clínica donde está.

La religiosa le pide su ayuda aunque no le especifica para qué. Mathilde la despide con frialdad diciéndole que acuda a la Cruz Roja Polaca.

Cuando la francesa mira por la ventana ve a la monja de rodillas en la nieve orando intensamente y con lágrimas en los ojos.

Mathilde cede y sigue a la religiosa hasta su convento. Allí se dará cuenta de que su misión cambiará ya que en su trabajo debía encargarse de encontrar, atender y repatriar a los sobrevivientes franceses de los campos de concentración nazi. Experimentará un quiebre al encontrar que muchas de las hermanas del convento tienen un avanzado estado de gestación.

Entonces aparece la madre superiora que se enoja con la religiosa que salió a buscar ayuda porque tiene miedo de que los embarazos les ocasionen problemas con el Vaticano y que cierren el convento.

Al final se le permite a Mathilde ayudar solo si ella promete guardar el secreto y no traer a otros médicos. A ella le resulta abrumador guardar un secreto que implica a siete religiosas embarazadas y seguir con su trabajo cotidiano. Sin embargo, lo hace, a pesar de ser atea.

La cinta muestra los sacrificios y peligros que Mathilde debe enfrentar para ayudar a las monjas mientras trabaja y protege su propia vida. También se ve el efecto que todo esto causa en su personalidad, aunque su amor por las monjas y su determinación por ayudarlas no se traduce en una conversión de fe.

Sin embargo, la película muestra a las religiosas bajo una luz simpática y positiva, dejando de lado a la Madre Superiora que alberga un horrible secreto durante una buena parte de la cinta.

Al final, Mathilde llega a elaborar una perfecta y hermosa solución para que las monjas pueden mantener la relación con sus bebés sin vergüenzas ni represalias.

“Las inocentes” presenta el difícil dilema y el impactante ejemplo de las monjas sobre las buenas consecuencias que puede traer para una mujer el tomar la decisión de dejar nacer al hijo que concibió producto de una terrible violación.

Este mensaje de fe y a favor de la vida ha sido llevado a la pantalla gigante a través del relato histórico y añade tal poder a la película que nadie puede acusarla de ser una historia ficticia para hacer propaganda.

“Las Inocentes” es una película muy emotiva y agotadora por su tiempo de duración, pero es un largometraje que los cristianos y católicos deben ver.

Debido al fuerte contenido, se recomienda que no la vean los niños, pero sí los adolescentes próximos a llegar a la mayoría de edad y los adultos que con certeza la encontrarán como una de las películas más atractivas sobre la fe que jamás encontrarán.

También es una maravilla de apreciar por las actuaciones, el guión, la dirección y la cinematografía.