La historia nos sitúa tras los acontecimientos de la primera temporada. Con un Will acosado por extrañas visiones que intenta rehacer su vida con la ayuda de sus inseparables amigos, su madre Joyce y el nuevo novio de esta Bob (Genial Sean Astin) y su hermano Jonathan. Por otro lado, tenemos a un Mike tocado para la falta de Eleven, a un sheriff Hopper que oculta un secreto y a unos Lucas y Dustin picados por una nueva chica, Max, que les ha despertado eso que se llama amor.

La evolución de los personajes es sublime, destacando mucho los niños y sobre todo Steve, que se ha convertido por derecho propio en un personaje genial dejando a un lado la chulería para cambiarla por un fraternalismo que hará que se convierta en uno de los mejores personajes.

Si bien es cierto que el personaje de Eleven ha bajado en cuanto a presencia, el personaje interpretado por la genial Millie Bobby Brown deja escenas para el recuerdo entre la ternura y lo espectacular.

Del principal antagonista la verdad es que no cuentan mucho y se nota que lo reservan para posteriores temporadas, aunque lo poco que sale es una pasada en cuanto a diseño y trasfondo.

El resto de subtramas pese a que no son nada del otro mundo aportan más empaque a la serie y dejan abiertas vías interesantes para seguir desarrollando el mundo de Stranger Things.

Como punto negativo, el capítulo siete, aunque interesante, lo veo un desacierto en cuanto a que corta el ritmo de la serie y si bien es cierto que deja cosas interesantes, la sensación es de capítulo relleno.
También el triste (y obvio) final del personaje de Bob. Un tipo que cae bien pero que desde el minuto uno sabes que va a palmarla.

Los demoperros no son tan aterradores como el demogorgon y en ese sentido la serie baja el listón.

Lo mejor sin duda los dos últimos episodios, una montaña rusa de emociones que los ponen como los mejores de la serie y que tienen un nivel altísimo. Una delicia.

PD: La escena del baile final es sencillamente maravillosa. Esa inocencia infantil que deja paso a la pubertad, las chicas y la adolescencia. Lucas encontrando el valor para bailar con Max y esta encantada de ello. Will dándose cuenta de que ser el "niño zombi" tiene su lado bueno. Dustin con el peinado de Steve, su nuevo mentor, triste por el rechazo. El gesto tan bueno de Nancy bailando con él y haciéndole ver que es genial, que ya habrá tiempo de chicas y que el carisma que tiene hará que todo llegue solo y por encima de todo Mike, que al fin ve entre la multitud a Eleven. Por fin puede abrazarla, bailar con ella y besarla. El broche perfecto. Suena Police, canta Sting; la vida sigue y al otro lado, en el mundo del revés, el mal acecha, esperando su momento.