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Voto de Fuman2:
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1981
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Documental
La actriz Lola Herrera representa todas las noches el monólogo de Miguel Delibes "Cinco horas con Mario". A medida que pasa el tiempo, experimenta un gran cambio en su personalidad, llegando a confundir su vida con la de Carmen Sotillo, el personaje de la función. Encerrados en su camerino, Lola Herrera y Daniel Dicenta, separados tras varios años de matrimonio, hablan y discuten mientras repasan su vida en común. (FILMAFFINITY)
11 de abril de 2012
6 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre se dice de alguna películas que "han envejecido mal", pero no recuerdo haber visto otro caso más palmario que este. Desde las vestimentas y peinados, hasta la cutrería de calles e interiores, pasando por el lenguaje y el pensamiento de los personajes, todo parece proceder de la edad de las cavernas más que de finales del siglo XX. Lola y Daniel se encuentra en el camerino de esta, catorce años despuñes de su divorcio y se ponen a pasar revista a toda su vida pasada. Surgen todos los tópicos: quién puso más, quién engañó a quien, que se dedicaba más a los hijos, que si tú eras muy golfo, que si tú fingías los orgasmos... Un "Cara a cara al desnudo" muy por debajo de Bergman. Se me viene ahora a la mente "Secretos de un matrimonio", que viene a tratar de lo mismo, pero a años luz. Aquí los actores que hacen de sí mismos sobreactúan, Lola habla con vocecita de señorita cursi de provincias y Daniel se comporta con nerviosismo y grandes aspavientos. Los dos fuman y beben como cosacos, un signo de los tiempos. Todo queda en un docudrama que igual, en esos tiempos en que no salían parejas en la tele tirándose de los pelos, tenía su aquel, pero ahora nos resulta rancio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Hay que reconocer cierta dosis de sinceridad y valentía de los personajes. Hay una escena de desnudo parcial de Lola Herrera en la consulta del cirujano plástico que resulta un tanto forzada. Los dos dan notables muestras de bobería, la una por aceptar las tontas justificaciones de él sobre los constantes engaños y el otro por caer del guindo en cuanto a los orgasmos finjidos cuando ella se lo dice tantos años después. Cosa rara sobre todo en un donjuán compulsivo.