"Forajidos de leyenda" tiene la particularidad, supongo que única en la historia del cine, de contar con cuatro grupos de hermanos, los Carradine, los Keach, los Quaid y los Guest para interpretar respectivamente a las distintos clanes familiares: los Younger, los James, los Miller y los Ford. O sea, hermanos en la ficción y en la realidad, por cuadruplicado. Lo malo de todo esto es que me temo que hay demasiados personajes, lo cual distrae, y el intento de profundizar en los mismos no me convence. De todos modos, difícil lo tenía Walter Hill pues al tratarse de hechos rigurosamente históricos no le es posible prescindir de algunos de ellos.

Por lo demás, la propuesta de revitalizar el género del Oeste no es que salga muy brillante. El director no tiene una idea clara de lo que quiere mostrarnos más allá de las andanzas de Jesse James y sus compinches. De tal modo que la película se sostiene a base de anécdotas muchas de ellas irrelevantes. Además acusa altibajos, le falta brío, el guión, más que malo, es que describe mecánicamente los hechos verídicos, y el final se precipita de una manera asombrosa. Al menos Walter Hill nos deja unos cuantos tiroteos pasables y uno, el fundamental, muy a lo Peckinpah, bastante espectacular, tanto que merece la pena por él verse la película.