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Voto de Reaccionario:
7
Terror. Fantástico Años después de los incidentes en Elm Street, la joven Nancy se ha convertido en una psiquiatra especializada en terapia del sueño, pero Freddy también sigue en activo, y comienza a aparecerse en los sueños de varios de ellos. Nancy los reúne a todos en busca de una forma de parar al monstruo. Para ello, los pacientes aprenden a desarrollar habilidades especiales en sus sueños. Alguno puede ser un mago, otro un superforzudo, un maestro ... [+]
10 de diciembre de 2012
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que nunca he comentado que de todos los géneros cinematográficos, el más reaccionario por antonomasia es el de terror. Eso no quiere decir que sea el que más nos guste, ni mucho menos, sino el que corresponde de forma más fidedigna a dicha ideología. No sólo porque la protagonista suele ser una chica, que además de joven y guapa, impone en cierto modo unos valores y roles tradicionales a lo que es la feminidad y hasta la masculinidad (de sobra es conocida la intensa afinidad entre lo femenino y la derecha). Sino porque confirma la visión del mundo de este pensamiento, a saber, la que distingue una realidad física y otra espiritual, en la que tiene cabida cualquier fantasía, monstruo, ser, leyenda, encantamiento, cosmología religiosa o cualquier cosa rechazada por la ciencia y la razón. Por si fuera poco establece unas pautas indudablemente conservadoras que pueden ir desde hacer caso a las intuiciones, sueños o presentimientos (o a la chica, que es lo mismo) hasta temer a lo desconocido o desconfiar de todo lo que parezca anormal o raro, pasando por el clásico de no entregarte al fornicio. Ya se sabe que para sobrevivir, hay que mantener la virtud. Y eso por no mencionar los estudios científicos que confirman que cuanto más de derechas se es, más miedo se tiene.

Pues puede que esta "Pesadilla en Elm Street 3" sea la más reaccionaria dentro una saga bastante conservadora. Sí, en la primera, Nancy se gana el calificativo de "estrecha" por parte de su novia y en todas las entregas encontramos la constante crítica a la ruptura del modelo familiar tradicional, pues estos jóvenes sufren a unos padres divorciados, separados, madres solteras u otros modelos desestructurados. Sí, pero creo que esta tercera parte las supera a todas y no sólo porque la protagonista beba Coca-Cola en vez de la Pepsi de la cuarta parte, sino porque a Kristen (una preciosa Patricia Arquette) no se le conoce varón, ni chico que la ronde por lo que se le presupone su honor intacto, hay ciertas advertencias sobre las drogas y el sexo (el personaje de Joey) y, especialmente, se echa en brazos del catolicismo más ortodoxo para poder apuntalar y dar sentido a la trama de esta cinta. Claro que independientemente de que sea más o menos conservadora, lo cierto es que vuelve a llevar el mito de Freddy a gran altura. Ciertamente, es poco terrorífica, incluso es un tanto juvenil, (de ahí para mayores de 12 años y no de 18, como la mayoría), por lo que las pesadillas pueden llegar a ser surrealistas, lo cual, por otro lado, no deja de ser cierto en la mayor parte de los sueños que tenemos normalmente.

Aún así, esta tercera parte tiene mucho gancho, ritmo y entretenimiento, entre otras cosas, porque cuenta con un argumento bastante elaborado y coherente. Además explica los orígenes de Freddy, recupera a Nancy, es muy realista al ubicarla en un centro psiquiátrico e incluso llega a producirte bastante ansiedad por las pesadillas, especialmente de Kristen y sobre todo, por la visita al desguace. Encima su final, que podría ser el definitivo de la saga, es casi bueno (SPOILER). Y es que esta tercera entrega supone un regreso del Freddy Krueger de la original, el que se introduce en los sueños de los chicos, olvidando la discordante segunda parte. De hecho se juega con mucha acierto con la ambigüedad de discernir entre el sueño, el sonambulismo y las acciones de Freddy, como dando a entender a veces que son los propios durmientes los que se quitan la vida por sus propias pesadillas. Por si fuera poco, esta entrega cuenta con el gran aliciente de una Patricia Arquette con 19 añitos, no sólo guapísima sino tan cariñosa y buena chica que llama a su madre "mami" como si fuera una niña. Confieso que uno se pone como un flan pensando en que le puedan poner la garra encima. Por cierto, qué gran comienzo con la hermosa Arquette y el pedazo de tema, "Into the Fire" de Dokken, de fondo. Para verlo una y otra vez.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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