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España España · Barcelona
Voto de Sémele:
4
Drama A finales de los 50, La Habana vive la violenta transición del régimen de Batista al estado marxista de Fidel Castro. En este contexto, Fico Fellove, propietario del nightclub más selecto de La Habana, lucha por mantener unidos la familia, el club y el amor de una mujer. Sin embargo, con el tiempo, su club se convierte en algo más que un lugar de diversión, y Fico será testigo de la desintegración de su familia, de la desaparición de su ... [+]
13 de abril de 2009
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Andy García vivió su apogeo como actor entre finales de los 80 y principios de los 90. Películas como "Los intocables de Eliot Ness", "Black rain", "Asuntos sucios" o "El Padrino III" fueron la catapulta para su carrera como actor. Después de estos títulos, con más o menos acierto en sus elecciones, se reveló como un actor carismático, pero muy previsible.

Ahora, después de tantos años de carrera dilatada, más o menos errática (que ha tenido una notable recuperación tras "Ocean's eleven"), se atreve a ponerse tras la cámara para contar la historia de una familia bien de la Habana a las puertas de la Revolución castrista. Algo que "a priori" tenía suficientes alicientes para resultar como mínimo interesante. "A priori", claro.

"La ciudad perdida", el proyecto más personal de García, parece una síntesis de su carrera como actor: cuando está a punto de ponerse interesante, se diluye y se pierde en derroteros que no tienen el menor interés. De los tres hermanos de la familia, García pone hincapié en el que menos cosas tiene que decir. Fico Bellove (interpretado por él mismo) es el dueño de un cabaret que no se mete para nada en política mientras sus dos hermanos están sumergidos en ella hasta las trancas. Da la impresión de que lo interesante está sucediendo fuera, mientras el sufrido espectador tiene que tragarse interminables números de cabaret.

Y, después, está la historia de amor entre Fico y el personaje que interpreta Inés Sastre, una historia de amor insulsa, que García no deja de estirar y estirar, mientras lo que está sucediendo afuera se queda diluído. Y luego está la imagen que ofrece de Ernesto Che Guevara, un asesino sin escrúpulos (según García), utilizada de una forma tan parcial y maniquea... que resulta irritante. Suerte que Bill Murray, en plan bufón, y Dustin Hoffman, en plan mafioso, asoman de vez en cuando la cabeza por ahí y salvan casi lo insalvable.

Da la impresión de que lo más interesante de esta película se quedó en el tíntero (por cierto, de Cabrera Infante), porque se echa en falta muchos ingredientes que hubieran podido convertirla en algo realmente digno. La realidad cubana debe de ser muy distinta, muchísimo, y para nada tan simplista como nos hace creer esta película.
Sémele
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