Desde el país de la comida rápida se nos ofrece en bandeja de plata, esta serie de disfrute rápido. Se trata de una de esas telecomedias que huye de los tópicos y los cliches, dándoles una vuelta de tuerca y poniéndolos a disposición del espectador con un buen numero de risas enlatadas.
Me gusta, si. Como me puede llegar a gustar una hamburguesa, un perrito caliente o una pizza. No estoy diciendo que a todo el mundo gusten estas, pero si debo decir que en cierto modo Dos hombres y medio es diferente a todo lo visto hasta el momento.
El personaje de Charlie Sheen es un tipo entrañable dentro de sus pintas, algunos dirían hortera, otros dirían desenfadado, y su carácter excéntrico, que podrías llamar vividor.
Sin duda Sheen es lo que mejor funciona en esta formula, en esta comedia sobre este concepto familiar algo peculiar. Si te cae en gracia su personaje, ya tienes mucho terreno ganado para que te guste la serie. Pero no tengo ninguna duda que a todo esto ayuda la notable presencia de Alan, John Cryer. Sin este estereotípico personaje de la comedia americana, esta serie no seria lo que es.
Y no suelo valorar a los niños en las películas y series, pero el que interpreta a Jake, Angus T. Jones, lo borda.
En conclusión; es un producto fácil, sin ninguna duda. Pero altamente entretenido y accesible para todos los públicos. Una serie que puede satisfacer a los que quieran desintoxicarse de las series sobre amigos que no hacen mas que enrollarse entre si o a los que ya están hartos de las típicas series con familias convencionales.