Las malas costumbres nunca se pierden. Eso es lo que desde mi punto de vista ha querido trasladar al espectador Clint Eastwood. Nos ha enseñado como los Gobiernos que existen en la actualidad consiguen manipular y engañar al ciudadano por medio de falsas promesas y deseos. Problemas como el terrorismo o la guerra tienen grandes cortinas de humo que los tapan y hacen que no se conviertan en "grandes problemas". Por lo que el mensaje del film llega sin dificultad al cinéfilo que ha ido a ver la película.

Respecto a la parte técnica, los efectos especiales son los mejores de este año y la dirección de Clint es una nominación segura, aunque el premio se lo llevará este año merecidamente Martin Scorsese con sus "Infiltrados". No se lleva el sobresaliente por algunas de las interpretaciones que se quedan muy por debajo de lo que requería la película. Gran fotografía.