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España España · Barcelona
Voto de David MS:
7
Thriller Kyung-chul es un psicópata peligroso que mata por placer y que ha cometido varios asesinatos con unos métodos diabólicos difíciles de imaginar. Sus víctimas son chicas jóvenes. La policía lleva tiempo intentando capturarlo. Un día, aparece asesinada la hija de un jefe de policía retirado. El novio de la chica, un agente secreto, jura vengarse. (FILMAFFINITY)
23 de enero de 2013
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Escribir sobre Encontré al Diablo viene al pelo tras un pasado fin de semana donde se estrenaron los nuevos trabajos del protagonista y director, en España y USA respectivamente. Choi Min-Sik (Oldboy) es el protagonista de Nameless Gangster, y Kim Jee-woon es el director de El Último Desafío (con Schwarzenegger). Ambos en conjunción con el actor Byung-hun Lee (G.I. Joe) son los principales responsables de Encontré al Diablo, psychothriller con ecos de Se7en, Zodiac y Saw.

Qué nos cuenta: los asesinatos a jóvenes chicas cometidos por un sádico asesino en serie caníbal (Min-Sik), y la venganza de un policía (Lee) contra él tras la barbarie cometida contra su esposa -a la que le corta la cabeza en los primeros minutos de Encontré al Diablo, un botón de lo que se puede ver en los 135 minutos que dura-.

Dirección, ambientación, fotografía, música, villano y combates son los elogiables aspectos que rodean una película a la que no le hace falta un excelente guión para brillar. A decir verdad, la trama es simplona. Un psicópata desquiciado matando adolescentes, y un verdugo que se pondrá a su altura en el castigo que le imparte. A esto añadir que por el minuto cincuenta el personaje de Choi Min-Sik ya ha sido capturado, y hasta el clímax solo queda por ver la tortura que sufrirá por parte del vengativo protagonista Byung-hun Lee.

Pocas veces se ha visto en un largometraje las salvajadas que muestra un Kim Jee-woon que sabe incomodar al espectador con las brutalidades de las que hace gala Encontré al Diablo. Ser tan explícito le valió que en su paso por festivales muchos asistentes abandonaran la sala antes de finalizar la proyección -San Sebastián por ejemplo-. Allá ellos, se perdieron el trabajo de un director cafre en cada estallido de violencia, habilidoso para crear ambientes sórdidos y enfermizos, apabullante en sus movimientos de cámara -el doble asesinato en el taxi- y con un saber hacer para las escenas de acción que le emparentan con el cine USA que tanto parece conocer. -y sí, Se7en, Zodiac y Saw seguro que están tanto en su videoteca como en la del director de fotografía-.

Encontré al Diablo es más que una apología de la violencia, es también un duelo interpretativo, un cara a cara de más de dos horas de duración. Lo gana un monstruoso -en el buen término- Choi Min-Sik encarnando la personificación del mal del título -aunque el diablo acaba siendo tanto el asesino como el ejecutor-. Le planta cara un Byung-hun Lee al que le toca un papel más comedido e introspectivo. A modo de curiosidad, Min-Sik recupera el arma que con tanta maestría usó en Oldboy, el martillo.

Un único defecto, le sobra duración. La historia no da para 135 minutos por mucho crimen/venganza que se cometa y desvaríos perversos/torturados tengan los protagonistas.

Memories of Murder, Oldboy, El Hombre sin Pasado, Sympathy for Lady Vengeance, Dos Hermanas, The Host, The Yellow Sea... son muchos los ejemplos de una cinematografía surcoreana que cada vez tiene menos que envidiar a la de países occidentales. Encontré al Diablo se suma a esa lista.
David MS
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