Con poca inversión Pitch Black (2000) consiguió obtener beneficios. La estrella principal, el entonces desconocido Vin Diesel, se aprovechó del tirón del éxito y se convirtió en una estrella del género de acción como lo demuestran las posteriores y taquilleras The Fast and the Furious (2001) y xXx (2002). Con esos credenciales es normal que a alguien se le pasara por la cabeza producir un Pitch Black 2. Las Crónicas de Riddick (2004) es esa película, no tanto una secuela como la continuación de las andanzas del personaje que encarna Diesel.

Vuelve a escribir y dirigir David Twohy, también encargado de las mismas labores en la próxima Riddick (2013). De Pitch Black repiten Vin Diesel y Keith David, y se unen al reparto Colm Feore, Karl Urban, Thandie Newton, Judi Dench, Linus Roache y Alexa Davalos en el rol de otro superviviente de Pitch Black, al que decidieron cambiarle el rostro.

Es harto complicado redactar de qué va Las Crónicas de Riddick. Debería bastar decir que han pasado cuatro años desde lo sucedido en el primer largometraje, y que esta vez la amenaza viene por parte de una raza extraterrestre, los Necróferos, que destruyen todos los planetas por los que pasan y convierten a su misma raza a los pocos supervivientes. Riddick (Diesel) descubre que es el elegido para romper la supremacía de los Necróferos.

Vapuleada por la crítica, mal recibida por el público, fracaso en taquilla, Las Crónicas de Riddick es un blanco fácil para los críticos de lengua viperina... para mí un placer culpable. Soy consciente de sus limitaciones y tienes graves defectos que hacen nunca pueda ser considerada una gran película, pero es mucho más entretenida que otros largometrajes que en cambio son más aceptados -las secuelas de Matrix, o cada nuevo capítulo de Piratas del Caribe-.

Principalmente sus puntos fuertes vienen de ahí, que es entretenida. Se suceden las escenas de acción -cada una de las set pieces en este sentido son brillantes-, cuando no hay siempre está el talante y el carisma de un Vin Diesel que, mal actor, dio con el personaje idóneo con el que gustar. Esta vez le acompañan, estos sí, mejores intérpretes -Judi Dench, Colm Feore o Linus Roache-, y en apartados técnicos se nota cada centavo invertido -el caro diseño de producción está a la altura de por ejemplo, Prometheus-.

Los aspectos que hacen que no pueda ser la gran obra que a decir verdad no es, vienen de un guión de premisa facilona en su planteamiento pero confusa en su ejecución. Quisieron acercar esta secuela a las más notorias sagas galácticas, y crear una mitología que explotar en algún posterior capítulo si este resultaba. El origen de los Necróferos, Furianos, Elementales, los orígenes de Riddick, la conspiración que pretende un súbdito del villano... Las Crónicas de Riddick trata de abarcar mucho y al final todo acaba siendo un galimatías con muchas cosas a medio desarrollar, muchas de ellas esbozos prometedores de una futurible secuela que hubiera pagado por ver. En su lugar llegará Riddick, en realidad un pseudo-remake de la propia Pitch Black.