Paramount Pictures vio que con la octava parte de Viernes 13 la recaudación no compensaba y se quitaron el muerto de encima vendiéndolo a New Line Cinema (o "la casa que Freddy construyó", relación que cobra sentido en esta cinta). Viendo las repercusiones, en Paramount aún se deben estar descojonando.

Empieza la película y aparece vivito y coleando Jason Voorhees porque, como decía Xena en un episodio de 'Los Simpson', "lo hizo un mago". Todo lo que viene después hasta los créditos finales también se puede explicar por el "lo hizo un mago". Se sacan de la manga justificaciones inverosímiles, cosas no explicadas ni remotamente en ninguna de las ocho películas anteriores y ahí lo llevas.

El viernes final de Jason Voorhees se ve que se ideó bajo una noche de drogas duras o poco esfuerzo cerebral; es, sin duda, la peor historia, a falta de ver 'Jason X', que como llegue a ser peor me parto.

Lo poquísimo que tiene de salvable son los guiños a otras franquicias de terror y que no se hace nada pesada a pesar de lo que uno ve en pantalla. Salvo eso, el guión es para cogerlo y quemarlo, tanto el original como las copias.

Queda solo una película por ver ("te queda por ver 'Freddy vs Jason que forma parte del canon". Ya la vi hace tiempo) y queda una hora y media de margen para que todo se vaya aún más al retrete, pero la marca es muy difícil de batir.