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Voto de Maija Meier:
9
7 de julio de 2022
13 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primera película (2022) dirigida por Chloe Okuno, también escrita por ella. Un thriller psicológico o también calificada como película de terror, es en efecto una obra terrorífica ejecutada desde la aguda mirada de una mujer.
En general, las películas de terror están signadas por el cliché de la mujer perseguida vista desde afuera, sin intimar demasiado en lo que le pasa, sino más bien se focalizan en el escenario y el ambiente, fetichizando al asesino como personaje principal.
En esta película, el ojo de la cámara se acerca demasiado a la mirada de la protagonista, y el otro, el hombre misterioso, es un sujeto tácito. Está siempre allí, de un modo u otro, polemizando sentido con nuestra protagonista. Es el misterio mismo, la incógnita, la representación de la incertidumbre en el género masculino para la visión de la mujer en un mundo que la acosa constantemente.
Hábilmente, la directora hace hincapié en esa sensación y a partir de ella construye una historia. La película en sí misma puede ser vista de ese modo: una historia aterradora de literatura de cine, o también ser vista como una gran obra metafórica de lo que este mundo es para las mujeres: un constante peligro.
Un mundo cruel para las mujeres, construido por los hombres, se torna en un completo mundo de extraños, posicionándolas como si fueran niñas en un mundo desconocido. Esta podría ser una aproximación a la metáfora de lo que este mundo representa para ellas. "¿Tengo que irme para que los adultos puedan hablar?", esa pregunta en la escena de la cena respalda esta interpretación: no se trata sólo de descortesía, sino de un sistema opresivo para con ellas a tal punto de infantilizarlas a causa de su aparente debilidad generada por la opresión.
Sin duda hay que prestarle atención a lo que esta directora tiene y tendrá para ofrecernos.
En general, las películas de terror están signadas por el cliché de la mujer perseguida vista desde afuera, sin intimar demasiado en lo que le pasa, sino más bien se focalizan en el escenario y el ambiente, fetichizando al asesino como personaje principal.
En esta película, el ojo de la cámara se acerca demasiado a la mirada de la protagonista, y el otro, el hombre misterioso, es un sujeto tácito. Está siempre allí, de un modo u otro, polemizando sentido con nuestra protagonista. Es el misterio mismo, la incógnita, la representación de la incertidumbre en el género masculino para la visión de la mujer en un mundo que la acosa constantemente.
Hábilmente, la directora hace hincapié en esa sensación y a partir de ella construye una historia. La película en sí misma puede ser vista de ese modo: una historia aterradora de literatura de cine, o también ser vista como una gran obra metafórica de lo que este mundo es para las mujeres: un constante peligro.
Un mundo cruel para las mujeres, construido por los hombres, se torna en un completo mundo de extraños, posicionándolas como si fueran niñas en un mundo desconocido. Esta podría ser una aproximación a la metáfora de lo que este mundo representa para ellas. "¿Tengo que irme para que los adultos puedan hablar?", esa pregunta en la escena de la cena respalda esta interpretación: no se trata sólo de descortesía, sino de un sistema opresivo para con ellas a tal punto de infantilizarlas a causa de su aparente debilidad generada por la opresión.
Sin duda hay que prestarle atención a lo que esta directora tiene y tendrá para ofrecernos.