O cómo una mala dirección puede tumbar una película prometedora. La historia es buena, los actores estupendos y la producción no parece tener problemas. El resultado, sin embargo, es una película anodina, que más parece una reconstrucción de los hechos de un programa vespertino. Mientras Clooney narra, las imágenes se suceden sin continuidad. Los diálogos son simplones y los únicos gags que podrían hacer gracia los conoces de memoria tras haberlos visto mil veces en los trailers. No es que esperase la película del año, pero ni siquiera es entretenida. En definitiva, una lástima. **