En ocasiones sucede que a pesar de que la temática interese, de que el film tenga interpretaciones potentes e incluso de que tenga una ambientación más que notable, por unos u otros motivos la película no termina de apasionar. En mi caso esos motivos hay que buscarlos en el tono de comedia negra que esgrime y que representa la seña de identidad de los trabajos de su director, el irlandés John Michael McDonagh (‘El irlandés’).

‘Calvary’ es un poderoso drama narrado con el susodicho aire cómico que fue presentado en la sección oficial del pasado Festival Internacional de Cine de Gijón –fue su apertura– y que a lo largo del año pasado consiguió la nominación para Brendan Gleeson en los premios del cine europeo y la nominación a mejor guion por los Asociación de críticos de Chicago.

La película, de dirección y guion, producción e interpretación casi exclusivamente irlandesa comienza fuerte con la confesión que realiza un feligrés anónimo al padre James Lavelle (Brendan Gleeson) a través de la cual es amenazado de muerte. El padre Lavelle es un gran luchador y trata de ayudar a solventar los problemas que se producen entre los vecinos, confirmándose con sus actos como un pilar en dicha comunidad, algo que no le libra de recibir tan grave amenaza. En el trascurso de la película y a través de una fotografía francamente notable a cargo de Larry Smith, Lavelle realiza una especie de investigación sui géneris sin mostrarse contrariado por la amenaza y sí por el rencor existente en ellos. La película va mostrando un abanico de extraños personajes que encajan con la particular visión de McDonagh sobre el cine, y a través de la cual arrastra al espectador a una especie de investigación interior al más puro estilo Cluedo (ya saben, el popular juego de mesa que popularizó la marca Hasbro). Todos parecen culpables, pero sólo uno lo es.

‘Calvary’, a través de su humor, juega con el doble rasero de los comentarios de la mayoría de los vecino generando así confusión sobre quién podría ser el atrevido personaje, entrelazando a la trama principal una serie de historias secundarias que entroncan con la mayor, incluida la que nos presenta una notable Kelly Reilly (‘El vuelo’ o ‘Sherlock Holmes’), la afligida y depresiva hija del cura. La película resulta distraída y tiene unos diálogos muy interesantes aunque lo que más me interesó fue el discurso en forma de crítica que muestra sobre la iglesia con los múltiples casos de abusos de menores que han ido surgiendo con el paso de los años, sin dejar de lado la doble lectura que tiene la iglesia sobre el voto de pobreza, unos estigmas que tienen encima y que, como revela el film a la perfección, está presente en la memoria de la sociedad llegando a superar los muchos aspectos positivos de su tarea.

En lo que no hay ninguna duda es en las notables interpretaciones que nos presentan tanto Brendan Gleeson –auténtico protagonista del show– como Kelly Reilly. El resto del reparto lo componen los actores irlandeses Chris O’Down, Aidan Gillen (Petyr Baelish –meñique- en ‘Juego de Tronos’), David Wilmot y Domhnall Gleeson (hijo de Brendan y visto en ‘Ex_Machina’ o ‘Invencible’).

Quién comulgue con el humor de ‘Calvary’ disfrutará con el calvario que padece el protagonista encontrando así en ella un film bastante notable. Los que no, se quedarán con las lecturas más oscuras de la propuesta y el gran personaje de Brendan Gleeson para un film interesante y correcto.

Lo mejor: Está más que claro, Brendan Gleeson. Su fotografía.
Lo peor: Su humor negro.

Valoración:
Banda sonora: 6
Fotografía: 7,5
Interpretación: 7,5
Dirección: 5
Guion: 6,5
Satisfacción: 6
NOTA FINAL: 6,4

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