... es el sitio dónde se tenía que haber perdido M. Night Shyamalan el día en que se le ocurrió hacer una película. Se tenía que haber dedicado a otra cosa, por ejemplo, tendría que haber sido trilero porque todo en sus películas es una trampa. Sus finales son sorprendentes, por supuesto eso no implica que sean buenos, son sorprendentes porque no tienen sentido, porque son tramposos y porque sus películas no aguantan dos visionados. Si quieres un día te pasas por aquí y te lo cuanto Shyamalancito.

Vaya tela, es un jartible y quiero que me devuelvan el dinero de la entrada.