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Voto de Roberto Granda:
9
Thriller. Intriga. Drama Benjamín Espósito es oficial de un Juzgado de Instrucción de Buenos Aires recién retirado. Obsesionado por un brutal asesinato ocurrido veinticinco años antes, en 1974, decide escribir una novela sobre el caso, del cual fue testigo y protagonista. Reviviendo el pasado, viene también a su memoria el recuerdo de una mujer, a quien ha amado en silencio durante todos esos años. (FILMAFFINITY)
16 de octubre de 2009
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Unos ojos que miran, que sienten, que intentan hablar con sus miradas, que hacen el contrapunto del tiempo. Miradas con mil matices, que se desean aunque no puedan tenerse, miradas de venganza y compasión.
Ojos que el amor que albergan no es apagado con el crepitar de los años, una esperanza escondida, o fantasmas del pasado que aún habitan en la celda más oscura de la Patagonia.
El secreto de sus ojos son dos películas en una. Un crimen obsesivo, pasional, arrastrado en el tiempo con un terrible misterio y una venganza a la altura. Y una historia de amor, de amor auténtico, silencioso, dubitativo, plagado del miedo al futuro, truncado por una escapada apresurada huyendo de la muerte.
Cine con aristas, pero que avanza liso y pausado recreándose en el arte, en la trama, con dosis de cine negro, de intriga acompasada por diálogos brillantes, toques de humor que no desentonan en sentimientos a flor de piel; esos dos compañeros tan distintos y tan humanos, que consiguen reabrir un caso porque vieron en los ojos de un hombre un amor verdadero que no desfallece, que espera sin inmutarle el paso del tiempo en una estación de tren la aparición del verdugo, benefactor de una justicia que empezaba a hacer aguas en Argentina.
El espectador asiste atrapado a un desfile de actos y emociones, el sacrificio más grande que se puede ofrecer en el altar de la amistad; un escritor que se enfrenta al papel en blanco, una despedida entre raíles de seres cobardes incapaces de atreverse a dar el paso que sus corazones les grita, condenándose a la mediocridad; una novela de la que son protagonistas. “¿Cómo se hace para vivir una vida vacía de nada?” le dice Ricardo Darín al amor de su vida, sabiendo que en su marido tan solo tiene una estabilidad rellena de nada. O tener cien pasados y ningún futuro. Una mujer que declara tan sólo mirar hacia adelante cuando lo único que en verdad deseo se encuentra anclado en un andén de la estación del pasado.
Como esa vieja Olivetti que escribe sin la "A" de "amor", El secreto de sus ojos es sentimiento en estado puro, un magnífico retrato de personajes, una película excelente sin paliativos, un monumento al cine para regalarle a los sentidos, labrado con un profundo respeto y sentido del arte, una obra llamada a ser un clásico, de esas que aparecen con cuentagotas cada ciertos años y aborda por la tan simple como compleja razón de que narra sentimientos con los que identificarse, te implicas con el silencio de los ojos cuando quieren y sufren por dentro, el dolor, la crueldad, la venganza de un hombre arrebatado de lo que más quería, portador un amor tan inmenso que no se contenta con cuatro tiros, una pasión parecida a la del escritor que tarda 25 años en atreverse a poner “te amo” es un cacho de papel.
Roberto Granda
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