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España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
2
Thriller. Acción. Terror Red (Nicholas Cage) es un leñador que vive alejado del mundo junto al amor de su vida, Mandy (Andrea Riseborough). Un día, mientras da un paseo abstraída en una de las novelas de fantasía que suele leer a diario, Mandy se cruza sin saberlo con el líder de una secta que desarrolla una obsesión por ella. Decidido a poseerla a cualquier precio, él y su grupo de secuaces invocan a una banda de motoristas venidos del infierno que la raptan ... [+]
27 de junio de 2019
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya he dejado claro en más de una crítica que Nicolas Cage no es precisamente mi actor favorito. De hecho, estoy convencido de que si no fuera sobrino de quien es, jamás habría triunfado en el cine. Tampoco entiendo que ganara un Oscar, pero no he visto Leaving Las Vegas, ni pienso hacerlo, de manera que me abstendré de opinar. En los principios llevó una carrera moderadamente decente, pero a partir de La roca la cosa fue degenerando. Se redimió con El ladrón de orquídeas, pero debido a sus múltiples matrimonios (el último le ha durado menos de 24 horas), divorcios, hijos, extravagantes inversiones financieras y ruinas varias, ha ido empalmando basura tras basura con el fin de ganar unos dólares y continuar su tren de vida. Bastará decir que tiene tres películas pendientes de estreno, tres en fase de postproducción, y está rodando otras tres. Eso es trabajar, y lo demás son cuentos. Con Mandy parece que hemos tocado techo, o más bien fondo. Película aberrante, casposa, cutre salchichera, producto de muchas ingestas químicas, este inenarrable bodrio cosechó en Sitges el premio al mejor director. Sin comentarios. Pues bien: Cage es un hosco leñador, corto de entendederas, que vive con su churri (otra descerebrada) en una cabaña junto a un lago, bien alejados de la civilización. Como buenos habitantes de la América profunda, dedican su tiempo a ver inmundicias por la televisión y a comer basura. Resulta que la cabeza de chorlito sale a pasear un día por la carretera, vete tú a saber por qué, y se cruza con una furgoneta habitada por una secta satanista, o asín, en el mejor estilo Charles Manson. El líder, que está como una puta cabra, se prenda de ella, convoca a unos moteros zombis, o venidos del más allá, o quizá del más acá, asaltan la casa del leñador, le convierten en un cristo, y a ella la queman, por reírse del íider cuando enseña la polla. Cage, a pesar de recibir en el costado, cual Cristo redivivo, una cuchillada que habría matado a un elefante, sale tan campante de la situación y se apresta a tomar venganza de los satanistas. Y vaya si se la toma. Verlo para creerlo. No tengo palabras para definir la interpretación de Nicolas, ni de los demás concurrentes, ni la música, ni la fotografía, ni... Un espanto sin paliativos. Tampoco me reí, de ahí la nota.
Eduardo
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