Un grupo de élite entra en la mansión de unos narcotraficantes cargándose a todo aquel que se cruce en su camino. Hasta ahí todo bien: los chicos buenos y los chicos malos, los primeros se cargan a balazos a los segundos como si fueran conejos; lo típico, vamos. Pero, cuando los valerosos héroes encuentran el dinero de los narcos, ¿qué hacen? Pues coger 10 millones y esconderlos bien escondidos. Pero las cosas no salen como nuestros corruptos policías pensaban, y su codiciado dinero desaparece. Por si no fuera poco, se convierten en el centro de mira de los policías honrados. Finalmente, la investigación se cierra sin resultados, pero ese será el menor de sus problemas, ya que alguien parece bastante interesado en verlos a todos muertos…

Último trabajo del guionista (Training Day) y director (Sin Tregua) David Ayer, que sigue centrado en su tema favorito: las fuerzas de seguridad. Pero seguramente el nombre que más destaca sea el de Arnold Schwarzenegger; ya que, para alegría de sus incondicionales, todo lo que en esta película sucede, gira alrededor de su personaje. Como viene siendo habitual en las películas de Ayer, se apuesta por un realismo, que en esta ocasión contrasta claramente con la inverosimilitud de varias de las tramas y sucesos que se muestran en pantalla. Algunas escenas de acción son bastante interesantes, especialmente la persecución en el tramo final de la obra. Eso puede ayudar a que muchos perdonen un guión muy irregular, con demasiados momentos en los que el interés decae, en el que los momentos de verdadera originalidad no abundan frente a los recursos comunes en el género a los que mete mano con demasiada facilidad.
El grupo de élite está formado por un grupo de salvajes, irrespetuosos, no demasiado inteligentes, violentos, y que parece que disfrutan más por el hecho de disparar y acabar con las vidas de sus “enemigos”, que por conseguir sus “nobles” propósitos. Eso; unido a la escasa personalidad individual que tiene cada uno de ellos (a excepción del personaje de Mireille Enos, única mujer del grupo), imposibilita que sienta ningún tipo de empatía hacía ellos, haciendo que simplemente se encoja de hombros mientras ve como uno a uno van siendo asesinados, en un guión que en muchos momentos se vuelva otra floja imitación de “Los diez negritos” de Agatha Christie. El único que destaca del grupo, como podría ser de otra forma, es su capitán al que da vida Arnold, gracias a la historia pasada que oculta su personaje; que aun siendo otro recurso sacado del baúl de los viejos clichés, sigue siendo uno de los puntos más interesantes de la obra, ya que saben sacarle bastante juego. En contra punto de este rupo de amorales cowboys del siglo XXI, se encuentra la agente interpretada por Olivia Williams, que intentará resolver todo dentro de los márgenes legales. Sin ser nada especialmente destacable, seguramente la suya sea la mejor interpretación de la obra.

Resumiendo, la nueva obra de David Ayer es una irregular película de acción, pero con algunas escenas que agradarán a los adictos al género. Arnold Schwarzenegger cumple dentro de sus limitaciones, lo que complacerá a todos sus fans más acérrimos. Pero quién quiera ver una reinvención del género policiaco, basado en nuevas formulas
o la incursión de elementos originales, quedará decepcionado en su visionado. Si se buscan personajes complejos, aquí no se encontrarán, a parte de la escasa personalidad que tienen los personajes, el guión hace que en algunos momentos se comporten de forma completamente irracional. Tampoco convencerá a todo el que busque una película con transfondo, ya que la historia es bastante simple. En otras palabras, es una obra que solo sirve como el más elemental de los entretenimientos sin mayores pretensiones; aunque a ratos, incluso en eso falla.



Lo mejor: La puesta en escena realista

Lo peor: Sus personajes, que en algunas ocasiones no pasan de ser
maniquís parlantes.