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Voto de Alejandro:
3
Terror Atraídos por la promesa de unas auténticas aventuras en Australia, tres mochileros visitan el legendario cráter de Wolf Creek. Sin embargo su aventura se convertirá en una pesadilla cuando se encuentren cara a cara con el último hombre que cualquier persona querría encontrar en un lugar como ese: Mick Taylor. Mientras los mochileros tratan de huír, el psicópata irá tras ellos a través de un territorio salvaje. Sólo cuando los jóvenes ... [+]
13 de abril de 2019
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin seguir la línea de la primera parte, Greg McLean creador de esta sanguinaria historia ambientada en el duro "outback" australiano cambia la forma de ver "Wolf Creek", tal y como la conocimos en 2005, y ofrece una historia que en vez de centrarse en la supervivencia de las víctimas y su calvario, pone los ojos directamente en Mick Taylor y sus andanzas por el desierto en busca de carnaza.
Compensa en algunas carencias de la primera película, y es bastante más fuerte, arrancando con un comienzo espectacular, en contraste con esa larga hora de la predecesora en la que no ocurría absolutamente nada relevante, y se notaba coja desde el principio...Pero, ¿la supera esta segunda parte? Ahí vamos.

Ese arranque inicial no es más que una buena impresión, una como la que causan los fuegos artificiales, que brillan cuando llegan a lo alto en colores para luego caer, apagarse y deshacerse en humo, tal y como le pasa a "Wolf Creek 2". Y no es exageración decir que ese inicio es realmente bueno, teniendo a Mick Taylor en su estado puro, con esa majestuosa ambientación y forma cruda de mostrar los páramos del interior de Australia, unos primeros pasos que cautivarían a cualquier amante del género.
Sin embargo, es solo la ilusión del principio, luego la película empieza a caer en la acción imposible, en explosiones de coches y exhibicionismo que gritan que el presupuesto de esta entrega es mucho más alto que el de la primera, y en un John Jarratt que a pesar de mantenerse bien en su siniestro papel, se hace cansino a medida que se aproxima el final.
Sí, aquí hay muchas más persecuciones, más "road movie", más muertes, un espacio y un entorno de juego mucho más amplios, más vehículos, más animales y diez minutos más de duración, pero todo ello solo deriva en la molesta sensación de ver una historia cargada, de demasiadas cosas a la vez, y de un Ryan Corr que resulta ser una pieza discordante, un personaje poco interesante como víctima de Taylor, y es a raíz de su aparición cuando el ambiente sucio y mezquino que rodea a Mick Taylor se desvanece, cuando en su segunda mitad la historia se convierte en un relato soporífero de una persecución que nunca concluye, y se echa de menos la naturalidad con la que se comportaba la primera parte frente a esta artificiosa segunda parte, que no es más que un despliegue de asesinatos "con estilo" y escenas de acción llevadas a la exageración, como la escena del test de preguntas, poco creíble y en la que Jarratt deja de brillar (o teñir de negro el ambiente, según cómo se mire) en el que habría aspirado a ser el papel de uno de los psicópatas y villanos más repulsivos y perversos de la historia del cine.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alejandro
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