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España España · Madrid
Voto de horacio:
10
Thriller. Intriga Un escritor (McGregor) acepta a regañadientes el encargo de terminar las memorias del primer ministro británico Lang (Pierce Brosnan), tras la muerte de la persona que lo estaba haciendo. Para ello, se instala en una isla de la costa este de Estados Unidos. Al día siguiente de su llegada, un exministro acusa a Lang de autorizar la captura ilegal de presuntos terroristas y su entrega a la CIA, hechos que constituirían un crimen de ... [+]
2 de abril de 2010
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si bien hay un ejercicio voluntariamente político en el autor de la novela y coguionista, Robert Harris, el tema que al maestro Polanski le interesa es, como tantas otras veces (Chinatown, La semilla del diablo...) el tema del amor y la traición, mar de fondo de esta intriga muy bien urdida que, al menos a mí, me atrapa, envuelve y arrastra hacia un final realmente inesperado, muy bien narrado visualmente por el director.

Claro homenaje al cine clásico de suspense, con un final muy Hitchcock, además de un concepto Hitch con alma Polanski en la historia del inocente metido a saco en una histora espeluznante en un ambiente de acoso y desolación con sus espacios vacíos, su viento y su lluvia.

Todos los actores, como es usual en este director, dan el pego con cada personaje; hay una atmósfera excelente por todos los rincones humanos y de puesta en escena, pero el logro mayúsculo es el de un Ewan McGregor admirable que en dos horas está siempre en pantalla: sin su candor, su expresión de ingenuo tras una bomba de tiempo no sería verosímil una historia tan intrincada, con tantas capas de verdades y embustes que, como en las mejores obras de intriga bien llevada, una vez que termina vuelve a empezar, pues el espectador ha de reconstruir mentalmente todo lo ocurrido para "revisar" los gestos y las palabras de los personajes.

Magnífico reencuentro con el suspense desde Frenético, y dentro del espléndido reparto, un aplauso especial para el director por haber decidido dos colaboraciones importantes: Tom Wilkinson en una escena capital en la que con muy pocos gestos y una voz envolvente produce una inquietud tremenda, y la breve colaboración de un grande del cine de Hollywood en sus momentos finales con la vida: el gran Eli Wallach, que parece desear morir 5 minutos después de participar en una buena secuencia; de momento, aquí está, a sus 95 años, piel y huesos, cadavérico, casi irreconocible, pero dispuesto a dar guerra hasta que el cuerpo aguante.
horacio
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