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España España · Cartagena
Voto de luxio81:
10
Drama Daniel Larusso llega a Los Ángeles procedente de la costa Este de Estados Unidos dispuesto a hacer nuevos amigos. Sin embargo, se convierte en el blanco de los ataques de los Cobras, un hostil grupo de estudiantes de kárate, cuando comienza a salir con Ali, la antigua novia del cabecilla del grupo. En tal situación, no tiene más remedio que pedirle ayuda a Miyagi, un maestro de artes marciales, para que le enseñe kárate. Bajo la tutela ... [+]
9 de septiembre de 2010
36 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece que fue ayer cuando mi padre llegó del videoclub con una desconocida película en vhs con el enigmático nombre de “Karate Kid”. ¿Acaso yo siendo un renacuajo sabía qué era eso del karate? El caso es que sin tener la edad suficiente para entender todo lo que pasaba en una película me cautivó. No podía dejar de mirar el televisor. Mis recuerdos no son tan claros como quisiera, pero sé que me llegó, sé que el Señor Miyagi era alguien que despertó en mí una gran simpatía desde la primera vez. Sé que yo quería ser ese chico que pasaba de no creerse nadie a sentirse pleno. Hay detalles que todavía recuerdo de la primera vez que la vi: lo curioso que se me hizo ver esos árboles en miniatura llamados bonsáis y que hoy todos conocemos, el ataque de la grulla, la peculiar forma de cazar moscas que tenía miyagi, los rubios chicos malos de la peli disfrazados de esqueleto, el ataque de la grulla, y por supuesto el “dar cera, pulir cera”. Tras ese primer visionado mi hermano y yo quedamos maravillados de lo que acabábamos de ver, hasta tal punto que se convirtió en una costumbre el apartar la mesa del salón a un lado, descalzarnos y hacer nuestras propias luchas de karate (o al menos eso pensábamos que era) sobre la alfombra haciendo de tatami.

Después de esa primera vez la vi otras muchas cuando la daban en la tele algún fin de semana a la hora de la siesta. Pero tras esos primeros años hubo un paréntesis en los que no surgió la ocasión de verla que duró hasta mis veintitantos. Pasado tanto tiempo me disponía a visionarla de nuevo, sabía que me entretendría, pero no me imaginaba que me iba a volver a cautivar tanto o más que la primera vez. Todo aquello que de pequeño intuía que era bueno se confirmaba que lo era. Era realmente entretenida, inocente y mágica. Pero si me tengo que quedar con algo me quedo con el Señor Miyagi, uno de los personajes que más me ha transmitido. Y se volvió a repetir esa sensación de querer ser ese joven protagonista de la película, pero esta vez sobre todo por estar cerca del Maestro Miyagi, empaparme de su serenidad, su bondad, su sabiduría y en definitiva del buen rollo que podría transmitir una persona así si existiera.

Esta cinta cuenta con muchos momentos impagables y copiados hasta la saciedad (la escena del entrenamiento en la playa con la música de Bill Conti me sigue poniendo la piel de gallina).

Os pido perdón porque al final creo que más que escribir una crítica os he contado mi vida, pero es que creo que eso es lo que es Karate Kid para mí, parte de mi vida.
luxio81
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