8oo balas es una pélicula variopinta. El problema es que el producto final es una amalgama demasiado confusa. A ratos promete, pero los bajones que pega en varios niveles hacen que el todo no sea lo bueno que podía ser, viniendo de alguien como Álex de la Iglesia.
A favor: Actores, historia, ciertos momentos bonitos.
En contra: El desarrollo, la última parte de la película, bajones argumentales.

Desde luego que los más exigentes la encontrarán pueril y algo cutre, pero los que sólo pretendan entretenerse un rato, verán su objetivo cumplido.