American Beauty nos muestra eso que está ahí pero en lo que nadie parece reparar. Rompe las estructuras esenciales y fundadoras de nuestra sociedad, de la persona a la comunidad. Pero más que romperlas lo que hace Sam Mendes es mostrar que ya están rotas. Para empezar acaba con la figura del individuo como tal, mostrando el instinto de rebaño y la falta de inteligencia que invade a cada persona. Segundo, revienta las relaciones matrimoniales, muchas veces falsas. Tercero, dinamita el núcleo familiar americano presentándolo como corrupto y frágil...Incluso va más allá y destruye la comunidad como entidad social. Nada queda al implacable análisis ácido de Mendes. Pero no se nos conduce a un nihilismo sin más, sino que se nos presenta a modo de "moraleja" la oportunidad de revivir y rehacer nuestra propia vida: ¡Carpe Diem!