Esos son los dos últimos versos del himno estadounidense, pero después del 11 de septiembre, las libertades quedaron un poco difusas.
Cualquier persona sospechosa de terrorismo, especialmente los musulmanes, puede verse inmersa en el problema que plantea esta película.
¿Merece la pena saltarse los derechos humanos y torturar para evitar atentados? ¿Y si el detenido fuera inocente?
El film juega con eso, y es su mayor baza. No sabemos si Anwar es culpable o inocente realmente, con lo cual la polémica está servida. En la guerra contra el terrorismo todo vale, aunque algunos paguen el pato.
Así que el argumento es bastante interesante, pero no tanto su desarrollo. Tiene partes lentas y se nos muestra la ineficacia de la burocracia, mientras Reese Whiterspoon trata por todos los medios de encontrar a su marido, que en realidad es norteamericano aunque sea egipcio de nacimiento.
Los actores y realización cumplen su función. Pero los mejores son los secundarios, con la subtrama de Fátima y Khalid.
Y no puedo dejar de decir que el falso barrigón de Witherspoon está realmente mal hecho. Se nota que es de mentira en todo momento, o esa es mi percepción.