De antemano, la participación de la deslumbrante nueva estrella Jennifer Lawrence en un thriller de terror sería algo bastante prometedor, pero no es así.
Salvo rarísimas excepciones, cuando las distribuidoras deciden sacar un título directamente al mercado doméstico sin pasar por los cines, es porque las posibilidades comerciales son escasas.
Y en este caso, desgraciadamente es así.
Una joven y su madre se mudan a una casa cerca de otra donde hubo un doble asesinato. El hijo de los asesinados sigue viviendo allí, y no está tan solo como parece. Como la protagonista es un poco corta de vista, se enamora del susodicho, y comienzan los problemas.
La película no arranca casi hasta que está terminando. Tiene un argumento absolutamente falto de interés y un tanto previsible.
Su intriga y giro argumental tienen la misma capacidad de sorpresa que un libro de recetas.
Evidentemente lo único que tiene bueno es la actuación de Jennifer, pero ella por sí sola no es capaz de conseguir el aprobado para este engendro.