Luis Tosar es aquí un espía en un equipo que se dedica a tapar, destapar y también a generar falsamente delitos de famosos y políticos, según sean los intereses en cada caso.
Creo que Tosar se ha acomodado a no parar de trabajar, y aquí no parece actuar tan bien como en la época de “Celda 211”, aunque quizás sea porque en esta película no se puede lucir mucho, con su frío personaje.
Sea como sea, estos tejemanejes de espionaje no me terminan de llamar demasiado la atención.
El film no destaca en casi nada, quedando en la medianía justa para poder verla hasta el final y poco más.
En conclusión, es una de tantas que ni fu ni fa. Puedes echar el rato viéndola sin que te den ganas de abandonarla, pero al cabo de una semana seguramente se me habrá olvidado por completo.
La definición perfecta en una palabra es: mediocre.
Por cierto, están muy mal hechos los fondos que se ven por las ventanas cuando los personajes van en un coche. En 2022 no es de recibo esto.