Maria Chapdelaine es una pelicula de esas que escasean en las salas de cine comerciales:

- Tiene un metraje largo, muy largo, de 158 minutos, (aunque está dividida en cuatro capítulos por si alguien la quisiera ver a la manera de una miniserie). En ese tiempo se nos cuenta la vida de la joven Maria y de su familia desde el 1 de enero de 1910 hasta la primavera de 1911 en su pequeña y aislada granja más al norte de todos los asentamientos de colonos francesas en el Quebec.

- Tiene una bella y delicada fotografia, especialmente en las escenas del invierno y la nieve.

- Tiene un ritmo lento e intimo, y muchos silencios. Puede llegar a parecer casi un documental etnográfico donde se describen la vida cotidiana de esta familia y la comunidad que los rodea, y los usos y costumbres de esa época. Nada chirría fuera de lugar o de tiempo, y tampoco hay asomo de presentismo histórico en su argumento.

Los Chapdelaine son una familia que trabajan muy duro y sin descanso -atender al ganado y las tierras, llevar la casa, conseguir leña para el largo y frio invierno, etc.- en la que hasta los mas pequeños de la casa ayudan. Samuel, el padre, rehuye de la sociedad, siendo ya la tercera vez que arrastra a toda la familia cada vez mas al norte. Laura, la madre, añora esa vida en comunidad, pero se resigna sin resentimiento. Tienen seis hijos: los dos mayores trabajan fuera en la madera, y vuelven todos los años a ayudar en el verano; los otros cuatro viven con ellos en la granja, y entre estos encontramos a Maria.

Maria es la hija mayor, de 16 o 17 años, y hace tiempo que dejó la escuela para ayudar a la familia. Está en edad casadera y tiene la ventaja de ser una chica, atractiva y formal, en un territorio donde hay muchos más hombres que mujeres. Se espera de María – y ella misma no se plantea otra cosa- que elija entre los diferentes pretendientes que la cortejan.
Estos son tres tipos buenos, afables y trabajadores, ninguno mejor que otro, y cada uno representa un modo de vida diferente. Francoise, trampero, es la aventura; Eutrope, vecino de granja, es la tradición que le ofrece seguir con el mismo modelo de vida, y Lorenzo, que vendió sus tierras y se fue a trabajar a una gran ciudad en Estados Unidos, representa la modernidad.

Así que, si te gusta este tipo de cine, te animo a verla.

La pega que le pongo, y que le resta calidad, es la interpretación de Sara Montpetit. María es una chica contenida y muy poco habladora, por lo que debemos deducir sus emociones y estados de ánimo a través de sus expresiónes, y, personalmente, pienso que la actriz, que por lo demás me parece muy adecuada, no da la talla a la hora de transmitir todo ese silencioso mundo interior, dando la sensación de vacuidad en más de una ocasión.