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La decisión de María

Drama María Chapdelaine, una joven de 16 años, vive con su familia en un terreno cerca del río Péribonka en el Quebec rural de principios de 1900. Como verdaderos pioneros, la familia Chapdelaine se esfuerza por hacer retroceder el bosque. En un hogar en el que ni siquiera el agotamiento físico puede disminuir el calor de la vida familiar, María se encuentra ante un profundo dilema. François Paradis, un cazador de pieles y leñador de espíritu ... [+]
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
30 de julio de 2022
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un drama íntimo con un guion muy fiel a la novela de Louis Hémon escrita en 1913. La historia ya ha sido adaptada al cine en otras tres ocasiones en películas de 1934, 1950 y 1983. El encargado de dirigir esta última adaptación es Sébastien Pilote (El vendedor, La disparition des lucioles) el cual trasmite muy bien la vida dura a la que se exponían los colonos franceses y belgas en las lejanas tierras del norte de Canadá a principios del siglo pasado.

Estamos en 1910, Maria Chapdelaine es una chica de diecisiete años que vive con su familia a orillas del río Péribonka, al norte del lago Saint-Jean. Los Chapdelaine trabajan incansablemente talando árboles para obtener tierras de cultivo y pasto para el ganado. Un lugar inhóspito y frío donde la vida es realmente complicada. Sin embargo, María es fuerte y está llena de esperanza, pero se encuentra ante un gran dilema. François Paradis, un antiguo vecino al que ha amado desde la infancia, se ha convertido en un trampero y la promete volver en primavera para casarse con ella. Pero cuando llega la primavera, a Maria se le presentan dos pretendientes más. Lorenzo Surprenant, que trabaja en las fábricas de Massachusetts, el cual le ofrece a María una vida cómoda en Estados Unidos, y Eutrope Gagnon otro vecino que suele ayudar con las tierras. María se verá obligada a decidir sobre su futuro como mujer…

Maria es de las pocas mujeres jóvenes que viven en aquellas lejanas tierras, eso hace que las propuestas de matrimonio le permitan elegir. La joven Sara Montpetit sin apenas hablar, captura con mucha sutileza la frustración y a la vez valentía que tiene que mostrar con su carita angelical, a la vez que la vamos viendo madurar a través del tiempo que va transcurriendo en esta íntima historia.

Los tres pretendientes también están bien elegidos. En cada uno vemos, el ímpetu, la fortaleza o los fallos que tiene cada joven.

Sus 158 minutos no se hacen largos, pero hay que reconocer que el ritmo es pausado, recreándose mucho en los paisajes nevados del norte de Quebec.
Destino Arrakis.com
videorecord
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4 de agosto de 2022
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Maria Chapdelaine es la adaptación de la novela homónima de Louis Hémon, ambientada en un territorio aislado y remoto del Quebec de principios del siglo XX. Sigue la vida rural y familiar de Maria y su familia mientras viven al margen de la sociedad mediante la dura labor por la autosuficiencia.

Con una estructura episódica, dividida en cinco capítulos bien marcados y un metraje extenso que se acerca a las tres horas, se desarrolla una historia en la que, a menudo, no ocurre especialmente nada. De la misma forma que transcurre el invierno perenne, la película se ensancha de manera pausada.

Sébastien Pilote es capaz de erigir un relato monótono, pero delicado, alrededor de la vida campestre, el retraimiento y la incomunicación. Con largas secuencias poco dialogadas y silencios dilatados, junto con unas imágenes de la naturaleza salvaje canadiense, logra reflejar una sensación de realismo. No obstante, el mutismo, en especial el de Maria, no permite adentrarse en su interior ni comprender sus motivaciones.

El film, además, presenta a tres pretendientes que tratan de cortejarla. A partir de esta trama se plantea un debate en torno a la tradición, representada por la vida rural, contrapuesta a la modernidad de la vida urbana. Sugiere, entonces, discusiones sobre si el auge del capitalismo nos hace verdaderamente libres.

A pesar de que se agradece que no se vaya al melodrama, su monotonía y larga duración puede provocar cierto rechazo. Sea como sea, Maria Chapdelaine es un relato simple, pero íntimo, que plasma los anhelos y deseos de una familia que se adentra al bosque sin olvidar el cariño que se tienen entre sí.

www.contraste.info
Revista Contraste
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1 de agosto de 2022
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
*La elección de María

Ambientada a principios de 1900 en Quebec al borde de un asentamiento pionero, María (Sara Montpetit en su primer papel), su madre, padre y hermanos se enfrentan en su granja aislada a las inclemencias y elementos, tanto duros como hermosos del entorno.

Es un retrato de la vida de una familia y su forma de vida. Maria Chapdelaine pasa gran parte de su largo metraje enfocándose en su rutina diaria, nunca resulta aburrida, y consigue que el espectador se involucre en la decisión que María debe tomar para su futuro: con quién debe casarse. A pesar de las convenciones de la época resulta gratificante observar como la protagonista de la historia puede elegir su futuro por si misma.

María debe elegir entre tres hombres: Eutrope (Antoine Olivier Pilon) que vive en una pequeña granja cercana, Lorenzo (Robert Naylor), el pulidor de la ciudad que trabaja en los molinos; y su enamorado comerciante de pieles François (Émile Schneider). Sus sentimientos por François son evidentes desde un principio con solo retenernos en su mirada, y su química funciona sin palabras mientras que los otros dos pretendientes la miran con anhelo sabiendo dónde están sus verdaderos sentimientos. Con la promesa de casarse en la próxima primavera, el público espera ansiosamente el regreso de François como lo hace María, pero esto no es un cuento de hadas.

*Al ritmo de las estaciones

Así, María se convierte muy a menudo, al igual que el espectador, en una observadora de lo que ocurre a su alrededor a través de las visitas que se suceden estación tras estación. En este sentido, tenemos delante una reconstrucción fiel, pero romantizada, de la sociedad francocanadiense de principios del siglo XX. La relación con la tierra es obviamente muy importante allí, al igual que la omnipresencia de la religión y los valores puramente nobles de los habitantes. Con este fresco, Maria Chapdelaine se presenta a primera vista como una lección de historia pictórica, una representación de la realidad de una familia típica de una época.

Según el ritmo de las estaciones, observamos el trabajo en el campo, los pequeños placeres (desde la recolección de arándanos hasta las veladas con los vecinos), las preocupaciones (los familiares que se van durante largos meses para realizar tareas difíciles y peligrosas), los dramas (la muerte de los que amamos), las esperanzas (las promesas de la vida moderna a los Estados) y finalmente el apego a la tierra y a las tradiciones.

Es una obra de gran belleza y silencios, con poderosas imágenes de Michel La Veaux y un ritmo pausado (demasiado al principio) que encaja con el de las estaciones. La nieve, los paisajes agrestes, el bosque, los claros nos sumergen en una especie de hipnosis.

*Cada toma un bello cuadro

El trabajo del director de fotografía Michel La Veaux es ejemplar en todos los aspectos. El ritmo contemplativo y meditativo de la historia nos da tiempo de sobra para admirar estas pinturas pinceladas para deleite de nuestras retinas. Tomas lentas y persistentes, la luz exterior es natural y texturizada, y el paisaje del campo es tan inmenso que el público se sumerge de inmediato en la exuberante (y, a veces, agresiva) campiña de la zona rural de Québec, y cada "cuadro" creado por el director de fotografía Michel La Veaux se siente como una pintura llena de vida del hermoso paisaje.

*Conclusiones

La campiña rural de Quebec es la verdadera protagonista de Maria Chapdelaine. Basada en la popular novela romántica de Louis Hémon, los paisajes despiadados, hermosos e implacables son capturados magníficamente por la cautivadora fotografía de Michel La Veaux. El ritmo de la película de Sébastien Pilote encaja perfectamente con el hastío y el aislamiento continuo y persistente. Maria Chapdelaine es un drama de combustión lenta que te hipnotizará al ritmo de la naturaleza.

Escrito por Eduardo Gil
Cinemagavia
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26 de septiembre de 2022
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Atreverse con una de las grandes novelas creadas en el corazón de Canadá es una tarea a la que no cualquier director sería capaz de hacer frente. Sebastien Pilote vuelve a poner en boca de todos a Maria Chapdelaine mientras la introduce en cines occidentales recordando, con ello, la historia de cientos de familias que a comienzos del pasado siglo luchaban contra las estaciones para crear un hogar en un territorio salvaje e inhóspito. Lo hace de manera loable, con mucho que destacar, pero con sensaciones finales encontradas.

El 1910, Maria Chapdelaine, una joven de diecisiete años, vive con su familia a orillas del río Péribonka al norte del lago Saint-Jean (Canadá). Los Chapdelaine trabajan incansablemente para hacer retroceder los límites del bosque. Es un hogar donde ni el agotamiento físico puede menguar el calor de la vida familiar. Maria, fuerte y llena de esperanza, se encuentra frente a un gran dilema. Empujada al mundo de los adultos, de repente se verá obligada decidir sobre su futuro como mujer.

Con un metraje que corre durante más de dos horas y media, ‘Maria Chapdelaine’ bien podría haber sido una miniserie de esas que encandilan al público por su buena factura, increíbles paisajes y una historia con la que todos podemos relacionarnos a pesar de las enormes diferencias vitales que nos separan de ella. Cómo película funciona, pero nos deja con una sensación de no culminación, de espera infinita a un cierre que nunca llegará porque las luces de la sala ya se han encendido.

A nivel estético ‘Maria Chapdelaine’ es una joya visual y sonora. En pocas ocasiones se nos queda en el recuerdo el crujir de la nieve bajo los pies de los protagonistas, o se nos hace tan familiar el ladrido de un cánido que hace las veces de timbre mientras nos emociona y nos hace pensar quien será quien viene ahora a visitar a la familia a un lugar tan recóndito. Las estaciones pasan, y con ellas, cambia por completo el color de las escenas ante nosotros. El frío se introduce en nuestros cuerpos cuando la pantalla se llena de un blanco pulcro que no se inmuta ni siquiera bajo el peso de los carruajes.

La esperanza lleva el verde a la escena cuando la primavera permite el deshielo y la aparición de arándanos que podrán ser recolectados en verano inunda un suelo sumamente fértil. Un verano que pasa fugaz ante nosotros, pero que es suficiente para valorar lo mucho que cambia la vida de nuestros protagonistas un clima amable. Sus ropajes se vuelven ligeros y los encuentros con vecinos y amigos frecuentes mientras el trabajo, a destajo, aprovechando el buen tiempo, consume sus días.

Tienes que disfrutarla en la gran pantalla, es allí donde tomará sentido su grandeza paisajística, su luz y su preciosa fotografía.

‘Maria Chapdelaine’ es una película en la que dejarse mecer. Si es vista sabiendo que vamos a disfrutar de una mezcla perfecta entre el western, el melodrama y una especie de ‘coming of age’ de los de antes, será una grata experiencia en la que tendremos tiempo de zambullirnos en los detalles de las rudas vestimentas, interiores sencillos pero cálidos y en pequeños momentos, que finalmente tienden a dar sentido a nuestra vida.

Sebastien Pilote consigue todo esto gracias a una buena elección de localizaciones y a un elenco sólido que nunca parece fuera de lugar. Las caracterizaciones son exquisitas, los tempos en los diálogos y las miradas que los protagonistas comparten y cruzan, perfectas para completar lo que las palabras no pueden.

Sara Montpetit, en el que es su estreno como actriz, parece lleva toda la vida ante la cámara. Da vida a un personaje tímido con unas ganas de vivir tremendas de forma delicada manteniendo el personaje siempre a flote, dejándola mostrar lo justo en una sociedad demasiado puritana. Quizá sea eso lo que más choca del conjunto, que pese a las ganas de vivir parece no hay tensión contenida entre los protagonistas. Parece que el deseo de sentir y vivir intensamente nunca haya corrido por sus cuerpos. Todo queda como en standby, esperando un ‘permiso’ que nunca llega.

Sobre todo lo notamos en los pretendientes de la joven, quienes se acercan a ella como por orden de fila y exponen sus virtudes, dejando tan solo alguna que otra sonrisa a la protagonista. En tu mente solo querrás un punto más de vitalidad, de intensidad, sabiendo que con ello la película ganaría galones y te haría volver a ella cuando te apeteciese un despertar romántico épico, algo que aquí, no acaba de cuajar.

Para quienes no habíamos visto trabajar a Hélène Florent, es una oportunidad perfecta para caer rendida a sus pies. Ella sola cohesiona a todo el reparto, mientras da vida a una mujer que se deja el alma día tras día en una casa que depende de ella para poder concentrar su atención en trabajar la tierra que les de de comer.

Su presencia es notable, y cada vez que la cámara se posa sobre ella nos sobrecoge por su fuerza y naturalidad. Nos recuerda a esas mujeres que disfrutamos en la película de Paula Cons, ‘La isla de las mentiras‘. Su contraparte masculina, no queda atrás. Sébastien Ricard aporta galones como padre de familia junto a Émile Schneider y Antoine Olivier Pilon, dos jóvenes reconocidos, cuyos personajes desearíamos haber visto más en acción.

El único problema con ‘Maria Chapdelaine’ es que nos quedamos con ganas de más. No ya de una segunda parte, sino de un cierre que nos llene, que nos recompense las 2 horas y 30 minutos que hemos estado abriéndole nuestro corazón a sus protagonistas. Todo lo demás es enormemente disfrutable y te deja con una sensación de bienestar y calma muy agradable gracias a la desconexión que nos permite su entorno y forma de vida.

Crítica para www.magazinema.es
Ygorla
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24 de agosto de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La familia Chapdelaine busca un lugar con buenas tierras donde asentarse en los inhóspitos bosques del Canadá francófono, puesto que ellos también lo son. Es la tercera vez que la familia vuelve a empezar de cero en un lugar donde solo hay árboles rodeados por ríos y los inviernos son duros y mas largos que los veranos. Entre seis hermanos, María no solo es la adolescente a quien cortejan los contados jóvenes del lugar, sino que son los ojos con los que podemos ver esta bella historia de amor y sacrificio.

El director canadiense Sebastien Pilote construye una sencilla y emocionante adaptación de la novela del mismo nombre escrita por Louis Hèmon y que incluso da nombre al condado María Chapdelaine. Un historia muy rica en matices, en miradas, en silencios y con una arrebatadora naturaleza que sirve de hilo conductor a los acontecimientos en esta familia de hombres y mujeres rudas donde el trabajo y los pequeños momentos de descanso son su día a día.

Muy lejos de películas sobre pioneros como “El renacido”, pero mas cerca del drama romántico en la forma, donde la violencia o la codicia no tienen cabida y el heroísmo se expresa a través del formidable trabajo y un instinto de supervivencia que se impone a las condiciones extremas a las que intentan adaptarse. Un cine extraordinario, sensible y poco habitual en la actual cartelera.
kawenzotz
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