La primera obra de Mamoru Hosoda (El Niño y la Bestia) alejada de sus participaciones en series animadas, es una película original, con un dibujo espléndido y una historia más que curiosa que se aparta sólo un poco de los clichés que suelen aparecer en las cintas protagonizadas por jóvenes de instituto. En este caso nos hallamos ante una obra que mezcla la ciencia ficción más sutil con una comedia tierna regada por una historia de amor un tanto diferente a lo que se suele ver por estos lares. Todo visto desde el lado más personal del director, que dota de calidez a sus personajes y de una profunda psicología. En el apartado visual, todo se mueve con habilidad y calidad y los detalles están cuidados al máximo. La historia es interesante, aunque parece que en algunos momentos no se sabe como resolver la papeleta del continuo salto temporal, algo que a menudo podría llevar a equívoco al espectador pero que Hosoda logra dejarlo bien claro en gran parte del metraje. Y por otro lado, la personalidad de Makoto, es más que encantadora.
Un película que merece la pena ver.