American Beauty es una película que retrata la crisis existencial de un hombre de mediana edad, Lester Burnham (Kevin Spacey), que se rebela contra su monótona y vacía vida en los suburbios. Cansado de su trabajo, de su esposa Carolyn (Annette Bening), una ambiciosa agente inmobiliaria obsesionada con el éxito, y de su hija Jane (Thora Birch), una adolescente insegura y descontenta, Lester decide cambiar radicalmente su actitud y perseguir sus deseos más ocultos. Entre ellos, seducir a la amiga de su hija, Angela (Mena Suvari), una bella y superficial animadora. Al mismo tiempo, se ve envuelto en una extraña relación con su nuevo vecino Ricky (Wes Bentley), un joven aficionado a grabar con su cámara todo lo que le rodea, especialmente la belleza oculta en lo cotidiano. Ricky vive bajo el yugo de su padre Frank (Chris Cooper), un estricto coronel retirado que oculta un secreto inconfesable.

Dirigida por el debutante Sam Mendes y escrita por Alan Ball, es una sátira que abarca temas como la satisfacción personal, el amor paternal, la sexualidad, la belleza, el materialismo, la autoliberación y la redención. Con un tono irónico y mordaz, critica la hipocresía y el conformismo de la clase media americana, que sacrifica sus sueños y pasiones por mantener una fachada de normalidad y éxito. Al mismo tiempo, es una conmovedora historia de personajes que buscan escapar de sus infelices vidas y encontrar un sentido a su existencia. Está llena de momentos memorables, como el monólogo inicial y final de Lester, la escena de las rosas rojas que simbolizan el deseo prohibido, la bolsa de plástico que baila al viento como metáfora de la belleza efímera, o el desenlace trágico e inesperado.

American Beauty es una obra maestra del cine contemporáneo, que cuenta con unas interpretaciones magistrales (especialmente Kevin Spacey, que ganó el Oscar al mejor actor), una fotografía sublime (a cargo de Conrad L. Hall, que también ganó el Oscar), una música envolvente (compuesta por Thomas Newman) y un guion inteligente y original (que le valió el Oscar a Alan Ball). Fue un éxito tanto de crítica como de público, y se llevó cinco premios Oscar, incluyendo el de mejor película y mejor director. Invita a reflexionar sobre la vida, el amor y la felicidad, muestra que la belleza está en todas partes, solo hay que saber mirar.