Billy Wilder hace una crítica al cine de la época pero perfectamente ejemplificado en el cine actual, en la que se nos enseña un guionista vendido por el oro de la señora de la casa ( como sucede con muchas películas del cine, que al saber que van a ser taquilleras no se preocupan de la calidad de la cinta ).
Pero como sucede en la película, esa película, grabada sin el respeto que se mereden todos los films ( por mucho dinero que recaude ) acabará por ser una película "muerta".