A pocos días del fallecimiento de Iván Zulueta, he decidido sacar el DVD de “Arrebato” y, en cierta forma, darle un pequeño homenaje al “director maldito” del cine español.
Me encuentro con una película profundamente distinta a todas las que se filmaban por aquel entonces en España. Y me doy cuenta de que es una de las primeras veces que se muestran las drogas en una película española de una forma tan feroz.
Además, se ha de hablar también de homenaje al cine, pero a otro nivel. Porque, salvo el paseo por una Gran Vía madrileña repleta de cines, más que homenaje al cine en sí, lo que nos quiere enseñar Zulueta es la obsesión por el cine. Es tal en el caso del esperpéntico personaje que interpreta Will More, que la obra se transforma en un constante delirio por sobrevivir a la pesadilla en la que se acaba convirtiendo el universo del celuloide.
Eusebio Poncela, Cecilia Roth, Marta Fernández-Muro y hasta Helena Fernán-Gómez doblada por el mismísimo Pedro Almodóvar, personifican a la perfección una etapa abocada a la subversión, por la cual pasaron una parte significativa de la juventud española del momento: unos cayeron, algunos se enredaron, otros tropezaron y algunos otros tocaron fondo, como bien parece que le tocó al creador de la película más inconfundible de la cinematografía española.
Inevitablemente, su legado ha acabado convirtiéndose en su propia realidad. Y siempre nos quedaremos con la duda de qué nos hubieran deparado nuevos largometrajes de Iván Zulueta, y da más rabia aún sabiendo que su talento permanecía prácticamente a la sombra, tan lejos de cualquier espectador. Son muy recomendables los documentales “IvanZ” y “Arrebatos”, para conocer algo mejor la figura del director vasco y algunos de los entresijos de esta ilustre cinta.
Y de “Arrebato”, siempre quedará esa magia que borda la atemporalidad fílmica, pues es un inquebrantable culto al cine, que acaba convirtiéndose por sí solo en el mayor paradigma del cine de culto.