No entiendo muchísimas opiniones acerca de violencia gratuita en esta película. ¿Qué esperaban ver? Si quieren pasarlo bien con un Via Crucis, échenle un ojo a La Vida de Bryan y ríanse. Esto fue otra cosa, y se cuenta como lo que fue o pudo realmente ser. Gibson pone en nuestros ojos lo que hubiésemos visto de haber estado allí, salvo que hubiésemos desviado la mirada, algo que prefiere hacer mucha gente cuando ve esta película o cuando prefiere no verla. Dejémonos de chorradas. 2000 años hablándonos del sufrimiento que padeció Jesús, y por fin alguien nos lo hace sentir de verdad. Y para eso no hace falta ser cristiano, cambien a Jesús por cualquier torturado hasta la muerte, en cualquier época, en cualquier rincón del mundo.

¿Gore? Es curioso, hay películas de ese género que nos muestran vísceras y sangre para revolvernos el estómago, sin tocarnos ninguna sensibilidad, sin movernos nada más en nuestro interior, y son consideradas buenas (y tal vez lo sean). Esta no, no nos toca el estómago, lo que nos toca es el alma, la mente, nos acongoja, nos hace pasar mal rato, pero no por asco ni por exceso de sangre, no, sino por exceso de dolor. Reconozco que es dura, muy dura, pero de eso se trata. Hacer una película sobre las últimas horas de Cristo y pasar de puntillas sobre el sufrimiento, no tendría ningún sentido. Eso sí, echo en falta un poco más de mensaje. La película se queda en 2 horas. Más flashbacks mostrándo algo más de su vida y obra hubieran supuesto algo de descanso al espectador y un metraje de 2 horas y media, por ejemplo, no hubiera sido nada exagerado en una superproducción como esta.

Excelente película. La fotografía es magnífica. La interpretación también, desde Jesús a María, pasando por los brutales torturadores romanos. ¿Podrán esos actores soportar el visionado de esas escenas? Eso sí que tiene que ser duro.

Por lo demás subscribo al 100% la crítica de tramor, en la 5ª página de esta sección.