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Polonia Polonia · Galitzia
Voto de Valkiria:
5
Bélico Christian Diestl (Marlon Brando) es un teniente del ejército alemán que ama a su país, pero guarda serias dudas con la guerra que comienza a abrirse camino. Noah Ackerman (Montgomery Clift) es un soldado americano que sufre las presiones de sus propios compañeros y jefes, pero está dispuesto a defender lo que es justo a como dé lugar. Ambos se enamoran de chicas con carácter, y esto también sirve de acicate para mantener el impulso de ... [+]
27 de enero de 2009
18 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es evidente que esta película parte con la ventaja que ofrece la perspectiva del tiempo. Así, la historia anticipa sensaciones poco predecibles: Barbara Rush profetiza en lugar de intuir cuando, esquiando con Marlon Brando (1937) le dice a este: "todo irá de mal en peor y todo acabará en una guerra".

Es una película “extraña”, no se me ocurre otra palabra. Enmarcarla dentro del género bélico es complicado. Antes es un compendio de flirteos amorosos de Brando, el germano teñido, coleccionando novias en Alemania, Francia y Estados Unidos frente al desvalido Clift: judío, humilde, sin futuro y emparejado con la más ñoña, una inocente chica de provincias de intachable conducta, contrapunto a la rubia esposa alemana de Schell.

Marlon, que pareció nacer cuñado con la marca de la sublevación (Rebelión a bordo), contradice a sus superiores y llega a asquearse de los mandos militares del Reich y la GESTAPO. Al otro lado, Clift, despreciado por su propio ejército y alistado contra la Alemania nazi padece en sus carnes el deplorable comportamiento de los marines norteamericanos que apalean, en sus propias filas, al judío por cuya supervivencia se justifica la lucha. Paradójicamente…

Lo peor: Dean Martin resta valor al reparto. Siempre fue un personaje poco recomendable para el cine. Es curioso que a Monty le halla tocado más bien en desgracia que en suerte, en dos de sus filmes épicos y como compañeros de reparto, al dúo de crápulas más grandes del cine, a la par que amigos y tunantes, (Sinatra en "De aquí a la eternidad" y Martin en "El baile de los malditos"); valiosos para la escena musical (y me refiero a Sinatra), no sin embargo para el cine.

Si de hecho Dmytryk quiso excitar el patrioterismo americano, cosa que dudo, se equivocó rotundamente. La elección de los duetos actorales es catastrófica. Clift con Martin del lado americano provocan hastío mientras que los espectaculares Maximilian Schell junto a Brando, convierten al tándem alemán en un tentador reclamo para cambiarse al “lado oscuro”.

Lo mejor: El “pique” entre Schell y Brando sobre la motocicleta. Si no es un gag humorístico es la escena más ridícula y esperpéntica jamás calzada en el género, como sugiere AGF, tímidamente, “bélicómico”.

No me queda claro. 5'5.
Valkiria
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