Como verdaderos perros apaleados vemos a estos atracadores frustrados, ladrar y ladrar como canes testarudos; entre sangre que escurre en garaje.
Reconozco que esta opera prima del señor Tarantino esta bien hecha y mejor actuada. Pero sinceramente, tanta sangre me aburre. Y los ladridos de los delincuentes llegan a cansarme.
¿Sobrevalorada? Si. Y confieso que me gusta más “Tiempos violentos” porque esta última me mantiene más emocionado. “Perros de reserva” es demasiado teatral. Los diálogos cargados de humor negro son un lastre a la acción global del filme.
Es necesario decir que aunque Tarantino entre otras cosas no respeta una forma lineal, estrictamente cronológica para contar sus historias; esto no afecta al filme. Al contrario, le da una vitalidad dentro de la pesadez de sus diálogos obsesivos y neuróticos que reflejan los personajes tronados de esta tragedia griega en cualquier ciudad violenta del mundo.
Una película para estómagos a prueba de tripas y orejas sazonadas con sangre en el rastro del anfiteatro de Tarantino… en el rastro… en la ciudad de los perros roñosos y carroñeros.