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Voto de Bobby Lee:
679
Comedia
Jörg Geissner trabaja para un banco alemán que va a financiar la construcción de un hospital y una planta energética en Paladiki, una pequeña isla griega. El banco, ante las dudas y recelos que le genera todo lo relacionado con Grecia y los griegos, envía a Jörg a controlar sus inversiones. Éste, al llegar a su destino, se da cuenta que no hay nada construido. Lo que para Jörg comienza como un terrible viaje a un lugar remoto donde todo ... [+]
7 de agosto de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya se ha comentado.
"Highway to Hellas" quiere tirar del hilo de tantas películas que, sobre todo en los últimos años, presentan el enfrentamiento entre dos culturas ("Bienvenidos al Norte"; las dos entregas de "Bienvenidos al Sur"; "los "Ocho apellidos"...) para colarnos una sobre la Europa de las dos velocidades para, al final, presentar un típico y tópico mensaje constructivo sobre el buen rollito, la vida pacífica, el contacto con la agricultura, las bondades de la ausencia de tecnología...
El público ve estas películas con agrado pero, claro, luego criticamos a los gitanos porque "no se integran", a los inmigrantes porque "viven de subvenciones", a los andaluces porque "son unos vagos"... o a los propios griegos porque "nos deben mucha pasta" (en realidad, no a ti, querido lector; a unas multinacionales bancarias que previamente les fijaron unos intereses abusivos a Gobiernos anteriores de los griegos sin que los ciudadanos griegos se hayan beneficiado de los préstamos "concedidos")
Dicho esto, la película hace aguas por su poca credibilidad desde el principio. El inspector alemán que aparece por la isla tendría que ser rematadamente tonto (y no lo es) para no darse cuenta de que se ríen de él. Pero ¿se comportarían así los ciudadanos de un pueblo real si un inspector (del que depende la vida y la muerte de toda su comunidad) apareciese por allí? ¿Le subiría la guapa dueña del hotel de 20 a 40 euros en un minuto el precio de la habitación? ¿Se reirían tan abiertamente de él mientras le presentan un cubo de agua para aliviar su sed (al mismo tiempo que le ponen otro al burro)? ¿Le torearían tan descaradamente, negando que haya vehículos de alquiler o que cualquiera, el alcalde mismo, pueda llevarle?
Todo el primer tiempo de la película son una colección de tomaduras de pelo, desgracias (intencionadas o no) ante las que cualquier inspector daría media vuelta e informaría negativamente sobre el recibimiento que se hace en ese destino turístico (que, no lo olvidemos pidió un crédito al banco con el aval, precisamente, de su atractivo turístico "Las galápagos de Europa") que, después de todo, es lo que le ha ordenado su jefa
El final de la película, que remonta un poco, y la belleza de la isla, me hacen ponerle un 3
"Highway to Hellas" quiere tirar del hilo de tantas películas que, sobre todo en los últimos años, presentan el enfrentamiento entre dos culturas ("Bienvenidos al Norte"; las dos entregas de "Bienvenidos al Sur"; "los "Ocho apellidos"...) para colarnos una sobre la Europa de las dos velocidades para, al final, presentar un típico y tópico mensaje constructivo sobre el buen rollito, la vida pacífica, el contacto con la agricultura, las bondades de la ausencia de tecnología...
El público ve estas películas con agrado pero, claro, luego criticamos a los gitanos porque "no se integran", a los inmigrantes porque "viven de subvenciones", a los andaluces porque "son unos vagos"... o a los propios griegos porque "nos deben mucha pasta" (en realidad, no a ti, querido lector; a unas multinacionales bancarias que previamente les fijaron unos intereses abusivos a Gobiernos anteriores de los griegos sin que los ciudadanos griegos se hayan beneficiado de los préstamos "concedidos")
Dicho esto, la película hace aguas por su poca credibilidad desde el principio. El inspector alemán que aparece por la isla tendría que ser rematadamente tonto (y no lo es) para no darse cuenta de que se ríen de él. Pero ¿se comportarían así los ciudadanos de un pueblo real si un inspector (del que depende la vida y la muerte de toda su comunidad) apareciese por allí? ¿Le subiría la guapa dueña del hotel de 20 a 40 euros en un minuto el precio de la habitación? ¿Se reirían tan abiertamente de él mientras le presentan un cubo de agua para aliviar su sed (al mismo tiempo que le ponen otro al burro)? ¿Le torearían tan descaradamente, negando que haya vehículos de alquiler o que cualquiera, el alcalde mismo, pueda llevarle?
Todo el primer tiempo de la película son una colección de tomaduras de pelo, desgracias (intencionadas o no) ante las que cualquier inspector daría media vuelta e informaría negativamente sobre el recibimiento que se hace en ese destino turístico (que, no lo olvidemos pidió un crédito al banco con el aval, precisamente, de su atractivo turístico "Las galápagos de Europa") que, después de todo, es lo que le ha ordenado su jefa
El final de la película, que remonta un poco, y la belleza de la isla, me hacen ponerle un 3
