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España España · Zaragoza
Críticas de Bobby Lee
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Críticas 315
Críticas ordenadas por utilidad
5
23 de julio de 2016
99 de 141 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ed y Lorraine Warren fueron una pareja de cazadores de demonios (Lorraine aún vive, Ed murió hace unos años) que se dedicaron a "cazar demonios" y, fundamentalmente, dar conferencias, vender libros, derechos de películas, "veladas sobrenaturales" y, en general, obtener suntuosos beneficios de sus actividades. En palabras de Joe Nickell, investigador de lo paranormal, los Warren eran capaces de construir un demonio o una actividad demoníaca casi de cualquier cosa. Es curiosos que los cazadores de fenomenos sobrenaturales parecen estar especializados, de modo que mientras otros siempre encuentran "fantasmas", los Warren, muy misicas ellos, siempre veían "demonios" intentando atentar contra su fe.

El caso de Enfield fue (no se engañen por la mandanga de "caso real" de la película) uno de los casos de supuesta posesión demoníaca más explicados, puesto que se llegó a filmar y fotografiar el fraude a que se entregaron las chicas Hodgson. Sí, la película lo presenta, pero busca una torticera excusa (ver spoiler). Sí, Janet confesó (ya adulta) haber cometido fraude, aunque dijo haber falsificado "aproximadamente un 2 %" de los sucesos (el 2 % que se fotografió o filmó, curiosamente). Los sucesos nunca se reprodujeron en situaciones controladas por los investigadores.

Los Warren participaron en este caso sólo marginalmente, limitándose su relación a lo de siempre: declarar que hay un demonio, sentido por Lorraine mediante su videncia psíquica (lo que se ahorraban estos tipos en complejos -y supercostosos- medidores de perturbaciones electromagnéticas, termómetros ultrasensibles, aparatos de ultra-no-sé-qué) mientras Ed iba de aquí para allá rezando con su crucifijo (más ahorro: ¿para qué las "trampas anti fantasmas" o los generadores de antimateria?), pero aquí los pardillos a los que las chicas Hodgson tomaron el pelo fueron, sobre todo, Guy Lyon-Playfair (que, sin embargo, mantuvo siempre muchas reservas sobre la veracidad de lo que veía- y Maurice Grosse, un verdadero "tragahistorias" que, por ejemplo, se daba la vuelta a indicación del "demonio" para luego sentirse sorprendido y asombrado cuando las Hodgson le tiraban piezas de Lego a la cabeza. También se mostró siempre crédulo con las fotografías de Janet Hodgson saltando de la cama como en un trampolín ("levitando", para él) -Janet Hodgson era una niña excepcionalmente dotada en la Educación Física para sus profesores, cosa que se oculta en la película- y con las "voces demoniacas", que sin embargo, eran simples trucos de ventrílocuo.

Hay que hacer notar que si buscan prensa de aquellos tiempos, no deben hacer mucho caso de las noticias. Los periodistas del "Daily Mirror" y otros, aprovecharon la historia para vender prensa en una época de crisis económica (1977, crisis del petróleo, depresión económica, paro, familias desectructuradas, miserie, coincide con los efectos de la entrada de Reino Unido al Mercado común ¿les suena? los que vivieron aquello han votado por el Brexit, ahora).

Dicho esto, y si no nos creemos que lo que nos muestran en la pantalla es cierto, la película funciona como un moderado entretenimiento. La apruebo porque, para los amantes del cine de terror de verdad, es mil veces más divertida que los bodrios de "Actividad para-subnormales" y otros timos por el estilo, o las infames secuelas de asco y vísceras. Por lo menos se han dejado una pasta en hacer la película, , la música es buena, los actores se lo creen (aunque resulta un poco irritante la actitud de misicas de los Warren), los efectos especiales consiguen dar unos buenos sobresaltos (la monja resulta bastante bien, así como las primeras intervenciones del viejo); la dirección sigue la historia con ritmo, y no se hace excesivamente pesada una historia de más de dos horas.

¿Por qué no le doy más nota? Por la engañosa coletilla de "Basado en un hecho real" - para mi siempre resta al menos dos o tres puntos si es falsa- y por el final, francamente decepcionante
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Bobby Lee
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1
10 de agosto de 2016
173 de 293 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, estoy de acuerdo en que las mujeres han sido muy discriminadas en muchas cosas durante el curso de la Historia (no siempre,- hubo en la Historia muchas sociedades matrarcales- y no en todo - los varones, por ejemplo, iban a la guera y con freecuencia perdían la vida- y estoy de acuerdo en que esto tenía que acabar... Y acabó.

Y acabó, señores míos, al menos en el mundo occidental, donde la Ley, con justicia, concede a las mujeres el derecho a votar, a competir en igualdad de condiciones con los hombres (muchas veces, en mejores condiciones que los hombres, por la "discriminación positiva"), a un igual trato ante la Justicia, (muchas veces, con ventaja, como en la infame Ley de Violencia de Género española, que condena al hombre a mayor pena por el mismo acto). etc.

Entonces, no puedo entender, o mejor dicho sí, que haya gente que produzca un engendro de película, con ideas absolutamente calcadas a la de la versión de Bill Murray, y la llene de chistes andrófobos (¿Imaginan una película en que los protagonistas - hombres no pararan de decir "Esto, no lo puede hacer una mujer" "Las mujeres, no valen para esto"? Imaginen la capmpaña de publicidad negativa, posiblemente, incluso, el boycott o la prohibición de ser llevada al cine) Pues esto es lo que hace esta película, con la obvia intención de atraer a todas las feministas rabiosas y los hombres dominados (que parece que tengan que ir pidiendo perdón por lo que hicieron sus bisabuelos, cogno, espabila, si tú no has hecho nada malo, no tienes que pedir perdón) que disfrutan como a los varones se les pone de tontos para arriba y se les asestan tremendas patadas en lo genitales (chiste muy divertido, al parecer, puesto que en todas las películas de feministas despierta gran alborozo entre el público). Hace años recuerdo a un escritor de teatro que hizo una película sobre hombres tontos tontos y mujeres listas listas. Un crítico le preguntó si podría plantearse hacer una obra invirtiendo los géneros, y respondión: "Imposible. Me moriría de hambre. No me dejarían estrenarla"

Pues eso. No tengo ideas, pero hago una pelicula aprovechando la guerra de sexos, y a forrarme
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Bobby Lee
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10
2 de febrero de 2011
56 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
En primer lugar reconozco que, en general, no me gustan las películas bélicas.

Pero también es cierto que ello se debe a que casi siempre lo que hemos visto como “cine bélico” es pura propaganda militarista y a favor de unas determinadas potencias que ganaron las guerras que nos relatan y se presentan siempre como los buenos, los listos y los favorecidos de Dios.

Los americanos con su exterminio de indígenas disfrazado de cruzada, los ingleses con sus guerras coloniales de un insufrible racismo, las películas americanas donde los submarinos son salones de baile donde jiji, jaja, los franceses y su cobardía disfrazada de “resistente” (¿qué hicieron entre 1940 y 1943?)… y así sucesivamente. Hasta los italianos, en sus películas, parecen ser todos antifascistas.

El cine histórico soviético, en general no escapó a ese maniqueísmo, pero sus películas, vapuleadas por la crítica por “propagandísticas” (hay que tener morro en gente que tragaba con “Objetivo Birmania”) tienen siempre un mayor rigor histórico que las del bloque occidental. Digan lo que digan.

Esta película., y ya paso a ella, no es soviética, ni siquiera rusa. Y, por supuesto, no resiste a la tentación de poner tintes heroicos a la defensa de la Fortaleza de Brest, entere junio y julio/agosto de 1941. Habrá quien la critique por ello, pese a que lo más fácil para el cineasta bielorruso sería meter cuñas antisoviéticas para convencernos de lo antiestalinistas que eran los bielorrusos por entonces. Pero no es así, y la heroica resistencia del pueblo ruso ante la avalancha del ejército alemán demostró lo que nos cuenta la película: abnegación, valentía, coraje, amor a su patria (no a Stalin, ojo) y resistencia al invasor.

No se nos esconde la crudeza de la guerra (no se entienden las películas americanas donde, entre granada y granada, se cuentan chistes y bromitas) aunque no resulta desagradable para ver. La banda sonora acompaña sin obstaculizar la marcha de la película y los actores, sobre todo el protagonista, lo hace de película, y nunca mejor dicho.

Merece la pena si te gusta el cine histórico (ojo, no digo bélico, que quizás no sea lo mismo).
Bobby Lee
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2
24 de febrero de 2008
75 de 114 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un principio bueno, tal vez no demasiado original, pero sí que prometía ser entretenido, se va diluyendo entre coladuras de guión, inverosimilitudes, y escenas que te dan para decir: "Pero, bueno ¿Se creerán que somos tontos?"

La fotografía, la actuación de algunos secundarios (como el Comandante Loco, aunque hay que reconocer que da mucho juego) le salvan de una peor nota.

Cosas inverosímiles que fastidian la película hay a puñados; por no repetir respecto a otras críticas sólo pongo algunas que creo que los compañeros no han contado
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Bobby Lee
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1
2 de agosto de 2014
60 de 86 usuarios han encontrado esta crítica útil
Les propongo que hagan una comparación entre la historia de "El Vaquilla",llevada al cine en varias películas (una de ellas, de la que hablamos) con la de Eleuterio Sánchez "El Lute", interpretada por Imanol Arias en dos películas ("Camina y revienta" y "Mañana será libre")

Y no me refiero sólo en cuanto a méritos cinematográficos. Las películas de "El Lute" fueron bien dirigidas, bien interpretadas, con estilo sobrio, sin escatimar una denuncia social que estaba hartamente justificada, no se hacían monótonas, eran realistas. "Yo, El Vaquilla" es mala de solemnidad: pésimamente dirigida e interpretada, reiterativa en las escenas de persecuciones policiales, y sobre todo con un demagógico tono de "denuncia social" que hace aguas por todos los lados, que no sería mínimamente creíble a no ser porque a los espectadores, sobre todo los que eran adolescentes en la época en la que se exhibía, les encantaba el tonillo de "Robin Hood", de "Rebelde sin Causa", de "Curro Jiménez", de "Burlador de la Justicia". A los espectadores les encantaba esto hasta que al salir del cine un grupo de navajeros como los de "El Vaquilla" les quitaba hasta el último duro de la paga semanal y las cazadoras, o una cuadrilla de gitanos les atizaba dos guantadas por "mikrar mucho a su hermana".

Porque todo lo que se cuenta en esta película rezuma falsedad, oportunismo, intención de hacer taquilla con un grupo etario, los adolescentes, y más de cierto nivel social (no precisamente elevado), que empezaban a contar con poder adquisitivo (motu propio o motu del último palo dado) y ganas de gastarlo en ocio.

En "El Lute" se cuenta la historia de una familia de marginados analfabetos, discriminados, que viven en chabolas y cuya carrera de robagallinas fue convertida por obra de un régimen dictatorial que elevó a un simple desgraciado (en el más digno sentido de la palabra) a la categoría de "enemigo público número uno" para los propios fines propagandísticos del régimen, entre ellos culparle de la propia horrible represión franquista. En "El Vaquilla" tenemos una familia, o un grupo social, cuyo único interés parece ser vivir fácilmente, sin dar un palo al agua (pero dando "palos" a todos los que puedan) y tener dinerito fresquito para cantar, beber, jugar, fumar, juergas y todo lo que se les ocurra.

Desde el inicio de la película, no da la impresión de que la familia de "El Vaquilla" no pueda encontrar trabajos dignos. En la España de los setenta, -menos aun en los ochenta- aún siendo gitanos, no parece creíble que algunos o algunas de los innumerables familiares de "El Vaquilla" no pudieran encontrar un empleo digno y honrado, aunque hubiera sido de peón de albañil, empleada del hogar, mecánico, etc

Más bien parece que ni lo intentan: es más fácil mangar una caja de herramientas en una obra que trabajar seis horas al sol para comprarse una. Es más fácil robar un cajón del colegio para jugar al futbolín que aguantarse e irse a casa a hacer los deberes..

Desde el principio, salvo el personaje de la madre (que no parece tener ningún interés tampoco en trabajar honradamente, pero al menos no dice querer eso para su hijo) todos los Tíos Manueles, Tíos Pacos o Tíos Mamertos que aparecen por la película están contentos con su "trabajo" de vivir a costa de los demás e invitan al niño Juan José: "A ver cuando vienes a robar por ahí conmigo". En loc cine forum de la época se decía "la culpa de la marginación es de la sociedad", sin pensar en que estos delincuentes y chorizos de poca monta ni siquiera dieron una oportunidad a la "sociedad".

Y otra cosa que se repitió mucho en la época es que estos grupos tenían su "dignidad" y su "código del honor". En la película se intenta representar esto, pero eso es más falso que un billete con la cara del "Vaquilla". La dignidad y el honor no la tienen los actos, sino los sujetos. No hay dignidad en un sujeto que le raja la cara a un infeliz porque su cara le ha caído mal, aunque luego se niegue a denunciar a otro de sus colegas delincuentes (y, que conste, "El Vaquilla" fue un chivato, al menos durante su época en prisión y de adicto a la heroína). Hay más "código del honor" en un taxista que está doce horas con el volante y devuelve una cartera (o no cobra la carrera a un inmigrante que no tiene un duro) que en uno de estos que, porque le apetece ir a la playa, revienta un coche y deja sin vehículo a un honrado trabajador que apenas llega a fin de mes.

Quizás alguien crea que suy racista. Yo creo que no. "El Lute" robaba para comer, él y su familia, y luego supo levantarse. Los delincuentes juveniles tipo "El Vaquilla" o "El Torete" robaba para impresionar a la "cheli", para ir al cine o echar un futbolín, y más adelante para "un buga", "un pico", etc

Cuando murió, "El Vaquilla" iba a salir de la cárcel. Hay quien dice que podría haberse rehabilitado, encontrado un trabajo honrado... Sinceramente ¿ven ustedes a Moreno Cuenca en una Droguería aguantando una reclamación de un cliente con una disculpa en la boca?

Yo, no. Y parte de la culpa la tiene el "cine de quinquis", que glorificó a unos miserables que, por el motivo que fuese (y, desde luego, no sólo "la sociedad") habían tomado un mal camino y ni supieron ni quisieron abandolarlo
Bobby Lee
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