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Voto de Antonio Morales:
8
Fantástico. Drama. Romance Durante una noche de Navidad, una anciana le cuenta a su nieta la historia de Eduardo Manostijeras (Johnny Depp), un muchacho creado por un extravagante inventor (Vincent Price) que no pudo acabar su obra, dejando al joven con cuchillas en lugar de dedos. (FILMAFFINITY)
2 de septiembre de 2015
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras el gran éxito de “Batman”, Burton se había convertido en el director de moda en la meca del cine, con todo merecimiento creo yo, uno de los jóvenes con más talento entonces. Ganándose la libertad creativa para acometer su obra más personal que fue “Eduardo Manostijeras”. Una de las mejores obras de Tim Burton por su originalidad y fantasía sobre una idea que atesoraba desde niño. El origen era un dibujo en el que aparecía un hombre que tenía tijeras en lugar de manos, lo había plasmado así porque el personaje expresaba su voluntad de tocar música y ser creativo, pero no podía evitar causar destrucción. El joven Tim creó esta ilustración inspirándose en su propia necesidad de comunicarse con los demás, en un momento en el que no se entendía con los de su edad.

A partir de ahí, Burton orquesta una memorable sinfonía audiovisual en la que se mezclan referencias de todo tipo, analizando su realidad más cercana, no es una elección caprichosa, la de convertir a una vendedora de Avon (una espléndida Dianne Wiest) en referencia social para el espectador, dando una lúcida visión de esa mediocridad cotidiana embadurnada de estridente oropel. Influido por el cine de animación que adora, recrea personajes afines de los que se burla con fina ironía, al tiempo que los diálogos devienen un intencionado repertorio de superficialidad, un lujurioso gustos por los colores chillones en una urbanización residencial que se auto-engaña disfrazándose de acaramelado paraíso.

Al desdichado Eduardo Manostijeras (Johnny Deep) los seres humanos no saben hablarle más que de dinero, de irrelevantes posesiones y de banalidades estúpidas, además de aprovecharse de su ingenuidad. Eduardo es un príncipe hermoso en un cuerpo atroz, enamorado de Kim (Winona Ryder), la hija de su protectora. Un amor platónico imposible pero imperecedero que ella recordará siempre. Cabe destacar también la delicadeza con que Burton trata a su admirado Vincent Price al convertirlo en fabricante de objetos, galletas y seres con corazón, o lirismo con el que se describe el nacimiento de la nieve, fruto de la poda tan entusiasta como angustiante que Eduardo lleva a cabo de un ángel de hielo con sus extremidades de acero.

Una reflexión sobre la dificultad de ser aceptado en sociedad cuando eres diferente, un tema recurrente a lo largo de su posterior filmografía. Una fascinante historia entre la comedia y el cuento de hadas mágico que destila poesía y ternura, pero que también esconde una aguda crítica sobre nuestra sociedad. El film presenta el violento contraste entre el mundo del mito y el mundo de la mediocridad, utilizando un tono a medio camino entre la fábula fantástico-gótica y la comedia mordaz. El resultado es afortunadamente desconcertante, confirmando al cineasta como un poeta tan inclasificable como divertido en el seno del desangelado cine moderno.
Antonio Morales
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