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Voto de Antonio Morales:
7
Drama “La Gaviota” es un caserón situado en las afueras de una ciudad del norte de España. En ella viven Agustín, médico y zahorí, su mujer, maestra represaliada por el franquismo, y su hija Estrella. La niña, desde su infancia, sospecha que su padre oculta un secreto. (FILMAFFINITY)
7 de noviembre de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basado en el argumento de una obra de Adelaida García Morales, la mujer de Victor Erice, el cineasta vuelve a ponerse tras la cámara después de diez años de su obra maestra, "El espíritu de la colmena”. La trama se articula sobre un matrimonio con una niña que vive en un lugar del norte de España. El padre es médico y la madre maestra, ambos represaliados por el régimen franquista. La comunicación entre ellos es escasa, pero la hija está fascinada por su progenitor. En teoría, una historia convencional en la que lo original, lo excelente, estriba en la forma que está narrada dicha historia, su poesía visual.

“El sur” es un film que se agiganta a medida que avanzan los minutos, a veces pausada, otras no tanto, plagadas de elipsis y de íntimas escenas de soledad y reflexión. Una visión personal sobre el tránsito de la infancia a la madurez. Se convierte en algo más que una película impecable formalmente; en su construcción por adicción a breves secuencias y momentos; de anotaciones a la vez insignificantes y decisivas como las de cualquier diario, de estudiados movimientos de cámara que complementan la maniobra de envolvimiento propiciada por la atmósfera.

Hay en el film, tres elementos que conforman esa búsqueda de la hija por conocer la personalidad del padre que también es un poco la suya propia: el péndulo, que representa la iniciación al mundo infantil; el diario, por los recuerdos personales; un número de teléfono y unas postales. Aunque es una obra inacabada que es aludida por el título del film, que debió suspenderse por distintos motivos económicos y políticos (en principio iba a ser una serie de televisión), Erice asumió el producto con todas sus consecuencias, consciente de que el cine también es un proceso industrial.

La voz en off que se escucha a lo largo del film, explica desde el presente, todo un mundo de recuerdos. Los diálogos son escuetos, cobrando más protagonismo los silencios. Nada se dice directamente, todo trasciende entre líneas. Víctor Erice realizó una obra plena de lirismo y sensibilidad. La puesta en escena es bella, con sus fundidos a negro y cambios de luz dentro del plano; esplendido trabajo lleno de expresividad por parte del operador José Luis Alcaine. Tras el estreno del film, se escribió mucho sobre si debía hacerse una segunda parte que completara la obra, sin tener en cuenta quizás, que tal como es, sin esa visualización del sur, resulta más inquietante. Lo importante no es averiguar los motivos de unos sucesos, sino sugerir unas determinadas situaciones.
Antonio Morales
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