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Voto de Antonio Morales:
8
Drama. Musical Una noche de 1959, en París, un debilitado músico de jazz asombra a la clientela del club “Blue Note” con el elocuente sonido de su saxo. Fuera del local, un hombre demasiado pobre como para pagarse un vaso de vino lo escucha entusiasmado. Pronto, a ambos les unirá una gran amistad. Se basa en las vidas del pianista Bud Powell y del saxofonista Lester Young. (FILMAFFINITY)
30 de mayo de 2015
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ganadora del Oscar por la música de Herbie Hancock, “Alrededor de la medianoche” es una de las películas más importantes y honestas que se han realizado sobre la gente del jazz, circunstancia todavía más singular si tenemos en cuenta que su autor no es un norteamericano sino un francés, Bertrand Tavernier, cineasta que se acerca al mundo del Jazz – y a la cultura del pueblo negro – sin tópicos ni rémoras de orden social, con una adecuación a la historia que cuenta y un sentido del ritmo tan lúcido y preciso que los resultados obtenidos se hacen acreedores al más rendido y admirado aplauso.

La base del film estriba en el libro “La danse des infidéles” (1985) que Francis Pandras, un dibujante industrial apasionado del jazz, escribió sobre la etapa en París del pianista americano Bud Powell durante los años sesenta, a quien está dedicada la película junto a Lester Young, con base en la amistad que surgió entre ambos; pero es que además, la trama agrega asimismo detalles que recuerdan momentos generales o concretos, de la vida de otras glorias de este género musical, sobre todo el saxofonista Dexter Gordon que actuó junto a Charlie Parker, que además había tocado con Powell, comporta que este y su personaje ficticio, Dale Turner, a menudo se confundan y hasta fundan, por supuesto con plena intención; no en vano Gordon también conoció un exilio europeo y arrastró problemas de alcoholismo y drogadicción.

La fascinación de Tavernier por el jazz casa argumentalmente con el tema de la amistad viril inter generacional que recrea el film, desde siempre asociado al western, género típicamente americano, lo cual remata el embelesado reconocimiento del cineasta hacia la cultura estadounidense. De hecho, la relación que preside el film entre un joven aficionado francés y el saxofonista alcoholizado, está inspirado en las dos semanas que Tavernier pasó junto a John Ford. La película fluctúa entre la tristeza y la melancolía, con una destacable recreación del famoso club de jazz parisino por el gran Alexandre Trauner, la verosimilitud y espontaneidad de los temas musicales son muy apreciables, y comienza con una versión magistral del “As time goes by” de “Casablanca”, así como el tema que da título al film.

Hay una gran recreación de la vida bohemia de los artistas, un aura de autodestrucción a veces sórdida y desesperanzada, pero siempre noble, con sensibilidad Tavernier apela a la amistad y los sentimientos entre dos hombres tan distintos en idioma, cultura y raza (recomiendo versión original para apreciar esos rasgos). Apenas hay diálogo explícito entre ellos porque los silencios y sobreentendidos lo son todo. El cineasta prefiere la anécdota a la metáfora, la expresión de lo humano a la figura de estilo, que le lleva a una narrativa lineal pero que en su horizonte esta presente la muerte. En el sentido más anecdótico conviene resaltar la aparición de dos cineastas como propietarios de los club de jazz, John Berry del “Blue Note” y Martin Scorsese como jefe del “Birlan” de Nueva York.
Antonio Morales
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