Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Antonio Morales:
8
Drama Andrei Gorchakov, un poeta ruso, recorre Italia en compañía de Eugenia con la intención de investigar la vida de un compositor del siglo XVI sobre el que está escribiendo. En su viaje se encontrarán con el apocalíptico Domenico. (FILMAFFINITY)
20 de febrero de 2014
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
A Tarkovsky siempre le interesaron más las interconexiones poéticas que las líneas dramáticas tradicionales, porque lo que él denominaba la lógica de lo poético estaba en armoniosa consonancia con las posibilidades del cine como medio expresivo. “Al hablar de poesía no estoy pensando en ningún género determinado”, escribió en su libro “Esculpir el tiempo”. “La poesía es para mí un modo de ver el mundo, una forma especial de relación con la realidad”. Tarkovsky miraba el mundo con una mezcla de rabia poética, aumentada por la incomprensión artística que recibió no pocas veces, y con una cierta fragilidad, la del creador libre de toda atadura, pero aislado, que se sabe dueño y señor de su forma expresiva, un librepensador de la imagen en movimiento que reflexionaba permanentemente sobre su trabajo a la búsqueda de la perfección en lo poético.

Quizá Tarkosky no pudo imaginar cuando rodaba “Nostalgia” en Italia que él se iba a convertir, un año después, tras filmar la película, en una suerte de Andrei Gorchakov, el protagonista del film, cuando decidió abandonar definitivamente su país. Pues el cineasta se convirtió en un ser itinerante recorriendo varios lugares de Europa hasta fallecer en París en 1986. Sea como fuere, bajo el permiso de las autoridades soviéticas, Tarkovsky viajó a Italia, donde además de rodar el documental “Tiempo di viaggio” (1983) y redactar el guión junto con su amigo Tonino Guerra, le sirvió para experimentar ese fenómeno tan ruso pero tan intenso, según dicen, que es el sentimiento por la tierra añorada.

El poeta Andrei Gorchakov se halla en Italia realizando una investigación sobre su compatriota Pavel Sosnovsky, un compositor del siglo XVIII que, atormentado por la nostalgia, abandonó una exitosa carrera en aquel país para regresar a Rusia. La figura de Sosnovsky adquiere una fuerte presencia, aunque intangible, que marca la evolución de los personajes, su desazón por estar lejos de su patria. Esa paulatina identificación del poeta con su compatriota del pasado, le acabará convirtiendo en su voz en el presente. Porque Gorchakov sufre los mismos síntomas de melancolía que el músico, y su incapacidad de superar su estado emocional le lleva a deambular absorto en sus pensamientos. Unos sentimientos enfatizados por las atmósferas brumosas y sombrías que transita, sus plano secuencias son estampas magistralmente filmadas por el cineasta.

El poeta siente atracción por la figura de Doménico, un ermitaño que trata de rehabilitar espiritualmente a una sociedad indolente, al igual que Gorchakov, son dos individuos inadaptados. El poeta por hallarse en tierra ajena y el ermitaño porque su discurso es incompatible con el entorno que le rodea. El cine de Tarkovsky no tuvo herederos, su necesidad de ahondar en el enigma de la existencia y su modo de concebir el cine, como Bergman y Dreyer, son talentos inimitables y nunca defraudan.
Antonio Morales
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow