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Venezuela Venezuela · Maracaibo
Voto de bucefalo:
8
Drama Ryoata, un arquitecto obsesionado por el éxito profesional, vive felizmente con su esposa y su hijo de seis años; pero su mundo se viene abajo cuando los responsables del hospital donde nació su hijo le comunican que, debido a una confusión, el niño fue cambiado por otro. (FILMAFFINITY)
29 de mayo de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos horas largas que pudieron dañar la película. No obstante, su director, el japonés: Hirokazu Koreeda, sale ileso de esa pretensión estadounidense de convertir al cine en una montaña rusa desde un vértigo insulso. DE TAL PADRE, TAL HIJO es la sorpresa de lo inesperado; desde una mirada indulgente de la familia. Hay una disección de la relación de los padres con sus hijos y las expectativas que se ponen en ellos para continuar la “buena historia” de la estirpe. Criamos a nuestros hijos no en función de los que ellos representan o quieren ser sino de acuerdo a lo que los padres consideran que deberían ser sus mejores opciones. Ese punto de partida bien intencionado termina siendo contraproducente porque los hijos no son un material de plastilina para satisfacer las expectativas y aspiraciones de los padres, en la mayoría de los casos, por sus propias frustraciones o metas postergadas. Aquí el asunto se expande por tratarse de esos errores fatales que cometen las personas resentidas con el mundo y que deben pagar la gente inocente. Lo que sí me quedó claro, es que padre y madre no son los que procrean, sino quienes crían con afecto y abnegación. Y que un niño de seis años es una mente abierta que logra captar todo el drama que le circunda desde el complicado mundo de los adultos. La película busca afincarse en los contrastes. El matrimonio rico/pobre; la mujer sumisa/dominante; el primogénito retraído/despierto y los padres rígido/complaciente. El espectador no tarda en involucrarse en el drama y sigue expectante hasta el final sin saber su desenlace. El final es abierto, aunque llamativamente conmovedor. ¿Qué hay padres que subestiman o sobreestiman a sus hijos sin apenas disimularlo? Pues sí. No debería pero es lo normal. Querer por la sangre no es lo mismo que querer por convicción.
bucefalo
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