Nos encontramos ante una comedia amena, breve (menos de 90 minutos) con muy buen ritmo y con un diálogo divertido y original.
Dos parejas de vecinos totalmente antagonistas que se reúnen un día y pasan de hablar de alfombras a dispararse una situación un tanto incómoda que desembocará en algo imprevisto (no quiero hacer spoilers), por lo que la intensidad de la velada va in crescendo (siendo importantísimo el lenguaje gestual de los cuatro, que acompaña al diálogo a la perfección).
Se nota que es una adaptación de una obra teatral. Tenemos un solo escenario, por lo que toda la atención se enfoca en la actuación de los cuatro actores, en un pulso interpretativo constante, saliendo victorioso el matrimonio formado por Javier Cámara y Griselda Sicilliani (tremenda actriz a la que no conocía) y no tanto el formado por Alberto San Juan y Belén Cuesta. Estos últimos no es que estén mal pero los noto algo impostados, aunque hay que agradecer que las notas más cómicas de la película se las debemos a Alberto San Juan.
Una comedia para pasar el rato y reflexionar sobre el papel de las parejas desde varios puntos de vista.